Y en la interacción social, ¿hay seguridad? No en el entorno inmediato: INEGI

Ingeniería de sueños

Los conflictos o enfrentamientos directos con familiares y vecinos, igual suman, se registran, proporcionan datos estadísticos, y también, dan dolores de cabeza.

Como cada trimestre, el INEGI realizó la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana ENSU, correspondiente al tercer trimestre de 2023 y lo hizo del 28 de agosto al 15 de septiembre; a nivel nacional y resultó que el 61.4 % de la población de 18 años y más, residente en 75 ciudades de interés, consideró que es inseguro vivir en su ciudad y los resultados -por lógica- se enfocan en el desempeño de autoridades ante el comportamiento de la delincuencia; pero, habría que hacer también esta pregunta: ¿y la interacción social del entorno inmediato? ¿qué hay con la familia y los vecinos?

De inicio, INEGI menciona que, de octubre de 2022 a septiembre de 2023, en zonas urbanas el 8.4 % de las personas de 18 años y más, fue violentada  en el entorno familiar, el 9.8 % fueron mujeres y 6.8 por ciento, hombres.

En otro rango de tiempo, -hablando en particular de nuestro enfoque- durante el tercer trimestre de 2023, el 33.9 % de la población de 18 años y más tuvo algún conflicto o enfrentamiento, de manera directa, con familiares y con las vecinas o los vecinos.

Recordemos que no estamos hablando del porcentaje de la población a nivel nacional que mencionó en la encuesta de INEGI, haber visto o escuchado conductas delictivas o antisociales en los alrededores de su vivienda, que fue el 60.4 % y ellos lo relacionaron con el consumo de alcohol en las calles; no nos enfocamos en este momento al 51.1 %, que habló sobre robos o asaltos; o el 39.7 %, que presenció vandalismo en las viviendas o negocios; menos destacamos que el 39.5 %, denunció saber dónde se vende o consume de drogas cerca de donde vive; ni nos direccionamos al 36.0 % de los encuestados, que afirma que hay o hubo disparos frecuentes con armas muy cerca de donde habita; o el 24.4 %, que dice que hay bandas violentas o pandillerismo en sus calles; ni vamos a referirnos al 15.2 %, de la población encuestada en el país que sabe sobre las tomas irregulares de luz -los llamados diablitos-, ni los que dijeron que cerca de su casa había robo o venta ilegal de gasolina o diésel, o sea; la actividad del huachicol y que según las estadísticas, representan el 3.1 % de esta Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana ENSU.

Estamos hablando en esta ocasión, de la población de 18 años y más que reconoció haber tenido conflictos o enfrentamientos de manera directa por causa de incivilidades en su entorno, y entendamos por incivilidad, el comportamiento o los comportamientos, que violan las normas de cortesía, respeto y consideración hacia los demás en la sociedad, implica la falta de civismo y una actitud irrespetuosa hacia las personas y sus derechos.

Algunos ejemplos de incivilidad pueden ser la interrupción constante de conversaciones, el uso de lenguaje ofensivo o insultante, la falta de consideración hacia los sentimientos de los demás, conducta agresiva, difamación o la falta de cortesía en situaciones cotidianas.

Pues bien, según la ENSU, el 72.0 % mencionó que estos conflictos fueron con las o los vecinos y las incivilidades en el entorno con más frecuencia son: ruido y curiosamente son los hombres los que más protestan por escándalo, 11.8% en comparación con las mujeres que son el 11.1%, problemas de estacionamiento, -en este apartado- son los hombres los que más se quejan: 11.8 % contra 10.6% de las mujeres, conflictos por basura tirada o quemada por vecinos o vecinas, 11.6% hombres contra 11.8% mujeres, problemas relacionados con animales domésticos, -hay casi un empate entre mujeres y hombres-, 7.3% contra 7.4% respectivamente, chismes o malos entendidos, nuevamente los hombres destacan en las protestas con 6.2% contra 5.3% de ellas, molestias por borrachos, drogadictos o pandillas cerca de los hogares, -es pareja la molestia- 4.9% en caso de hombres o mujeres, conflictos con los hijos o hijas de los vecinos, -aquí las mamás son las más notorias- 4.4% mujeres contra 3.4% hombres, sobre el incumplimiento en el pago de cuotas vecinales -las mujeres, según INEGI, son las más morosas- 2.2% contra el 1.8% de los hombres y en lo que respecta a las disputas con familiares -de nueva cuenta, son las mujeres las que destacan- con 2.8% contra 2.0% en caso de hombres y finalmente, -aunque podríamos seguir con más datos-, en el caso del Grafiti o las pintas las fachadas a las casas, los hombres entran más en conflicto que las mujeres. Ellos se conflictúan más con el 2.3%, según la ENSU, contra 1.8% de la queja de ellas.

Baches en calles y avenidas, fallas y fugas en el suministro de agua potable y alumbrado público insuficiente, son parte de la problemática, pero esa ya es otra historia.

Lo que sí se debe de reconfigurar desde los hogares, es la interacción social, la civilidad, el civismo, el respeto, los valores morales que inician desde la misma casa. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana retrata de manera implícita el interior de nuestra vivienda.

Hagamos la parte que nos corresponde para que al menos ahí, en nuestra morada, -en la medida de lo posible- en nuestra residencia, no haya más dolores de cabeza como los que nos agobian al salir del domicilio y durante el día y que no terminan al sumar los que se atraviesan en el camino de vuelta.

 

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