En una reflexiva declaración del Presidente en su habitual espacio de Las Mañaneras dijo, con toda claridad, que el Ejército es una institución respetable y que no se debe socavar su institucionalidad por la actuación de unos cuantos. Además, continuó, los soldados son gente del pueblo, hijos de campesinos, de obreros, de comerciantes, de mecánicos… son pueblo uniformado.Abundó diciendo quelos soldados que cometieron “errores” (sic) lo hicieron obedeciendo órdenes. El caso del sátrapa Díaz Ordaz salió a colación.
Pues bien, C. Presidente, debe usted tomar en cuenta,que ese pueblo uniformado atacó a estudiantes, hijos tambiénde obreros y campesinos. Reprimió brutalmente aquel mitindel´68 alentados y protegidos por las autoridades. ¿Fueron unos cuantos?
Utilizando un dicho popular, de esos que a Ud. le gusta citar, recuerde que “Tanto peca el que mata la vaca…”. Ese pretexto que pretende evadir toda responsabilidad, más, toda culpabilidad, es precisamente eso, un soberano pretexto. Me refiero al que dice: “A mí me mandaron”.Es el mismo que utilizaron los criminales nazisen el Juicio de Nuremberg. Coincidentemente lo usan también los Panistas cuando dicen: “el mandado no es culpable”.
Estamos obligados a repetirnos. Con respecto al Ejército las acusaciones que se le hacen no constituyen meras denostaciones ni ataques gratuitos, sin fundamento. Las ha merecido, esperamos que no las siga mereciendo. Esa institución, que siempre debió comportarse con toda honorabilidad, dado que está constituida por gente del pueblo, está obligada a ofrecer al pueblo mexicano una profunda explicación y una soberana disculpa por todos sus atropellos cometidos en contra del mismo pueblo que, se supone, debería proteger y defender.
En el sexenio de Calderón nuestro “glorioso” ejército nacional, mató a una familia entera en Sinaloa, violó a unas mujeres en Torreón. Cinco aguerridos militares mataron y violaron a una viejecita en Zongolica, Veracruz con la complicidad del mismo Felipe Calderón, Fidel Herrera, gobernador y el infame defensor de los Derechos Humanos. ¿Cuántos fueron aquí, también unos cuantos?
Me contaba mi querido amigo Simón Hipólito Castro que los autobuses que salían de Atoyac rumbo a Chilpancingo o a la Cd. de México eran detenidos para ser abordados por la soldadesca que bajaba a los jóvenes a punta de madrazos e insultos. La gente se condolía de ellos pues sabía que ya no los volvería a ver.¿Su delito? Precisamente ese, ser jóvenes, lo cual bastaba para acusarlos de ser parte de la guerrilla de Lucio Cabañas. ¿Otros…? ¿Llevan la cuenta?
¿Y qué pasa ahora? Abel Barrera, abogado defensor de los padres de los 43,“Tlachinollan”, denuncia que, según el Ejército, el abogado Vidulfo Barrera pertenece a una organización criminal que se dedica al abigeato, al secuestro y a la extorsión en Acapulco. Y que la Coordinadora Estatal de los maestros y el Sindicato de los Servidores públicos de Guerrero son organizaciones peligrosas para el Estado.El Ejército hainfiltrado a la Normal Isidro Burgos, de Ayotzinapa; permanentemente monitorea los movimientos de los Padres, a los voceros y a los Abogados porque se siente acorralado.
Con respecto a la información que se sigue exigiendo en cuanto a los estudiantes de Ayotzinapa, ¿por qué no se entrega? ¿Cuesta mucho? ¿Es información clasificada? ¿Encubren, protegen a alguien?Ya pasaron 5 años más de esta tragedia. ¿Cuántos más? ¿Van a continuar haciendo tiempo, prolongando la respuesta? ¿Van a aceptar su responsabilidad con hombría?
Las Instituciones han violentado sus propias metas. No merecen respeto porque no cumplen los objetivos que proclaman. ¿La Suprema Corte? ¡Bah! ¿la Sacrosanta Madrastra Iglesia? Hasta no hace mucho el pueblo consideraba que estas instituciones estaban revestidas de un mínimo halo de honorabilidad y de respeto; o bien, que poseían autoridad moral. ¿Y ahora?
En determinadas circunstancias, los soldados están obligados,éticamente, a desobedecerórdenes injustas. Porque, la lealtad, repitamos, nunca es a las instituciones. La lealtad es a los principios y se basa en una conducta Ética no simplemente Moral. La Ética es el fundamento de la moral, la ética pone en crisis a las conductas convencionales. La Ética compromete a quien ha tomado una decisión enfrentando a los fundamentalismos simplistas y asimilando todas las consecuencias de su proceder.
El pueblo no quiere una Guardia Nacional como la de los regímenes sangrientos de nuestra Amerindia: El Salvador, la Nicaragua somocista, Uruguay, el Paraguay de Stroessner, el Brasil de los generales, los Kaibiles asesinosguatemaltecosque masacraron a sus indígenas, la Argentina de Videla, los carabineros del pinochetismo chileno, no se diga el Perú…
No queremos un ejército envilecido e indigno, criminal y narcotraficante.
*IR