Giovanna Platas, madre de una pequeña abusada por su propio padre, acudió al Tribunal Superior de Justicia para exigir que, debido al tráfico de influencias, el agresor no salga de la cárcel
El viacrucis sufrido por la madre de la menor comenzó con la denuncia, sin trato adecuado. Las pruebas a la pequeña se extraviaron y en el dictamen sicológico la perito dijo que no notó nada extraño, que solo pondría en su informe que la niña no quería a su padre.
Ya en la audiencia, dos horas antes de celebrarse, le cambiaron dos veces de agente del Ministerio Público. Cuando la defensa del inculpado pidió fianza para que siguiera el juicio en libertad y el juez preguntó a la agente del MP si estaba de acuerdo, guardó silencio, cuando la madre teme por su vida y la integridad de su hija.
Giovanna afirmó tener conocimiento de que al menos en Morelos se han registrado entre 20 y 30 casos de este tipo.
Destacó que es fundamental que las autoridades asuman este tipo de casos con perspectiva de género, tanto para las mujeres como las niñas.
Dio a conocer cifras alarmantes en torno a la incidencia de este tipo de ilícitos. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, cinco de cada 10 niñas sufrieron violencia sexual antes de cumplir los 15 años.
Destacó que el nivel de impunidad es alarmante: de cada mil casos, solo 100 se judicializan, y de esos, solo el uno por ciento llegan a resolverse.
Afirmó que urge terminar con los obstáculos que impiden acceder a la justicia, para alcanzar sentencias condenatorias.
Ella denunció su caso a mediados de diciembre pasado, y aunque el acusado fue detenido, debido a sus vínculos y los de su familia con autoridades, teme que quede en libertad, lo cual, considera, las pone en peligro.
Destacó que ahora que el Fiscal General Uriel Carmona regresó a sus funciones, buscará entrevistarse con él para hacer de su conocimiento todas las irregularidades con el MP.
Al Tribunal Superior de justicia acudió para entrevistarse con el magistrado Presidente, Luis Jorge Gamboa Olea para exponerle su caso, que no haya influyentismo y que no se deje en libertad al agresor pues teme por su integridad y la de la pequeña.