Ayotzinapa en estos tiempos

Política para mortales

El 26 y 27 de Septiembre del 2014, el poder político le hizo una profunda herida a las y los mexicanos con el caso Ayotzinapa.

Con su característica arrogancia, mórbida cantidad de poder y un profundo sentimiento de inmortalidad, el recién llegado gobierno de Enrique Peña Nieto, se enfrentó a que en Iguala, Guerrero, grupos de policías municipales, federales y hoy se sabe, que el ejército, desaparecieran de forma violenta a 43 estudiantes de una escuela Normal Rural.

Quizá, ese gobierno caracterizado por la soberbia y distancia del sentir popular, jamás pensó que México, volvería a ver por más de un día a estudiantes pobres de alguna parte de Guerrero y se dedicó a mentir, tergiversar versiones y proteger su legitimidad y prestigio como gobierno.

Lamentablemente para ellos, pronto se darían cuenta que México, no solamente volvió a ver el rostro de los estudiantes, sino que se detuvo, para buscarlos con vida. Mucho antes de cuestionarse, si la mejor opción sería decir la verdad, aunque eso significaba aceptar un estado fallido y contubernios con el crimen organizado en todos los niveles, el gobierno pensó, que lo que el pueblo mexicano necesitaba, era una respuesta que calmara sus inquietudes, por lo que en lugar de otorgar, se dedicó a fabricar.

Ese arrogante gobierno, tergiverso, torturó, golpeó, detuvo y desapareció personas hasta que una historia pareciera creíble, fue ahí cuando nació “La verdad Histórica”, que no era más que una gran mentira creada con el Poder del Estado Mexicano, que intentaba acabar con dudas y sobre todo con cuestionamientos que pudieran matar al gobierno, que apenas nacía.

Afortunadamente, todas las formas de gobierno, como si fueran personas, mueren en algún momento y después de 70 años de gobierno y un último suspiro con Peña Nieto, la estructura priísta debía de morir.

Ayotzinapa fue el caso que mostró la cobardía, ineficiencia y corrupción dentro del pasado gobierno y fue la mancha, que nunca se pudo borrar.

Esa herida, generó tanto dolor en las y los mexicanos, que al finalizar el gobierno priísta, la idea que se inclinaba a la izquierda, criticaba a las élites políticas y abogaba por el derrocamiento de la maldad política, no era solamente una opción, era una luz de esperanza.

¿Entonces, porqué, el Presidente AMLO, con la gran fuerza del Estado que tiene, no ha podido dar respuesta a lo que pasó con los 43? Mi teoría tiene que ver, con que al igual que toda en su gobierno, la revelación de esos datos ha sido medida por un beneficio personal para él.

Podrá decirse austero, izquierdista y anti neoliberal todo lo que él quiera, pero algo que ningún mexicano puede negar, es que el gobierno de López Obrador ha usado como un bastón al Ejército Mexicano, con el que no solo camina, también sobrevive.

Es innegable la participación del ejército dentro de la desaparición de los 43 y AMLO solamente tiene dos opciones: decir la verdad y deslegitimar al brazo armado que sostiene las obras estelares y proyectos de su gobierno o intentar mentir y esperar a que la gente y la comunidad internacional vea cómo Ayotzinapa, tiene un nuevo cómplice. En un caso como este, la mejor opción es la mediocridad y el silencio.

Claro, sabiendo siempre según la historia, lo decepcionante que resulta que después de tantos años de lucha, el primer gobierno izquierdista en este país haya resultado cómplice silencioso de aquel crimen que generó odio y dolor y que después, lo aprovechara para impulsarlo y obtener el Poder.

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