La carrera por la rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) será también entre mujeres. Al menos así pinta por el momento tras el lanzamiento de la convocatoria respectiva para iniciar el proceso que llevará en las próximas semanas a la elección del relevo de Gustavo Urquiza, cabeza hoy de la institución y cuya gestión ha sido de claroscuros, lo que deja un reto mayúsculo a quien le suceda por un periodo de seis años al frente de la máxima casa de estudios de la entidad.
Y es que sí, efectivamente, es tiempo de las mujeres y también en la UAEM se aprestan dos, cuyos perfiles son opuestos. Mientras la Mtra. Viridiana León, la actual directora de la Facultad de Ciencias Químicas tiene mayor peso académico, la Dra. Fabiola Álvarez ha desempeñado una larga carrera como gestora, administradora y política, dentro y fuera de la institución, y actualmente ocupa la Secretaría General de la rectoría.
Como se sabe, a estas dos mujeres deberá sumarse un aspirante más para que la Junta de Gobierno conforme una terna, conformando una larga lista, sin embargo, desde ya la opinión de la comunidad universitaria y especialmente de los consejeros universitario, ronda en torno a ambas y cuyo desafío será intentar enderezar el timón de una institución, que hoy no se enrumba con certeza hacia un desarrollo institucional y académico.
Pocos podrán regatear una pujante administración en manos de Alejandro Vera (2012-2018), que propició un considerablemente crecimiento de la universidad, pero que se vio empañado por los problemas financieros en que cayó y que terminaron por defenestrarlo, mientras la gestión de Gustavo Urquiza (2018-2023) colocó el barco en aguas turbulentas y sólo hasta recientemente ha podido enderezar el timón, lo que al final se traduce en un rezago académico, pero sobre todo con la herencia de problemas que volverían a poner en serio riego las finanzas de la UAEM.
Y es que una de las mayores preocupaciones entre la comunidad universitaria es el boquete que la gestión de Urquiza dejará en adeudos al IMSS y al Infonavit, pues para sobrellevar el estado financiero de la UAEM y evitar mayores problemas con el pago de salarios y prestaciones a los trabajadores, su administración habría optado por prescindir de sus obligaciones en las cuotas de ambas instituciones, lo que al fin de cuentas si bien le sirvió como salvavidas, heredará a la siguiente rectoría.
Y son este y otros retos que tiene que asumir la próxima gestión de rectoría para volver a colocar en el lugar de trascendencia social, productiva y política a la universidad en el estado, el que divide las opiniones por atinar cuál perfil es el que requiere la institución para asumir el liderazgo, sobre todo porque tras dos periodos continuos en que académicos tomaron el mando, se vieron pasar los peores momentos de la UAEM en este siglo.
Además, para muchos universitarios, urge devolver el perfil humanista a una institución que los últimos años ha cancelado su desarrollo en este renglón, y para muestra es el inminente cierre de la licenciatura de sociología en el Campus de la ciudad de Cuautla, que seguramente verá sus últimos años con la última generación que acaba de ingresar.
Así, no es cosa menor la futura elección en la rectoría de la máxima casa de estudios de Morelos, nuestra Alma Mater, pues lo que está en juego es su viabilidad como institución garante y motor del desarrollo social, productivo y humanístico. La Universidad también es corresponsable del deterioro y el nivel de piso que hoy permea en todos los ámbitos del quehacer social, político, cultural y, en general del estancamiento del desarrollo de Morelos.
Ojalá y los universitarios sigan defendiendo y capitalicen la autonomía de la que hoy gozan y que el próximo proceso sea y se dé entre la comunidad universitaria; la sociedad y el estado lo requieren y urge que la UAEM retome su lugar histórico por el bien de los morelenses, veremos…
*IR