Este miércoles seis de los corrientes, se espera que se defina la suerte del todavía fiscal de justicia de Morelos -por desgracia- Uriel Carmona Gandara, preso en la Ciudad de México, por presunto delito de encubrimiento de feminicidio.
Los abogados que lo defienden buscan hacer pasar su detención como secuestro político, sin embargo,o que comienza a trascender respecto a sus acciones al frente de esa dependencia dan escalofrío; con base en conversaciones vía WhatsApp, en efecto, el señor pareciera estar metido hasta el cuello, no sólo en lo referente al encubrimiento del delito de feminicidio, supuestamente cometido por Rautel “N”, sino en una interminable lista de omisiones, impunidad y extorsiones de toda naturaleza, además de complicidad con grupos criminales.
Ante esas sospechas tan terribles, sería ya inmoral e inaceptable, que en caso de ser liberado, regresará a retomar esa posición. Si algo de lo que ya se maneja en medios es cierto, estamos ante un peligroso sujeto que merecería cadena perpetua y lo increíble es que hay muchos personajes de la política local que lo siguen defendiendo. Esto ¿Por qué son parte de esa red o por qué les sabe algo?
Quienes meten las manos por este “hijo del ex gobernador Graco Ramirez” deberían ser menos evidentes, porque en una de esa también les toca sombra. Sería muy desafortunados que Uriel saliera; por el buen de Morelos, se le deben ajustar cuentas al protector de los expedientes contra el Graco. Y por lo pronto, durante una conferencia de prensa, la senador Lucía Meza Guzmán, tomó distancia del fiscal refiriendo que “quien la deba, que la pague”, porque apenas unos días antes de su arresto Uriel declaró que apoyaría con todo a la legisladora, en sus aspiraciones a ser candidata a la gubernatura.