Frente a Claudia Sheinbaum

Política para mortales

Hace unos meses, durante la campaña que no era campaña, pude conocer a la candidata que no era candidata, pero aun así, tenía ya un pie en la Presidencia, “Claudia Sheinbaum”. En ese momento, las corcholatas, más que funcionarios eran seres míticos, quienes por el proceso que llevaban a cabo tenían la atención constante de los medios de comunicación y sociedad.

La última vez que la había visto, había sido a 30 metros de distancia, durante la marcha que AMLO anunció en reforma. Ahí, yo al igual que cientos de miles de asistentes, intentamos acercarnos al Presidente y a ella, pero por el fenómeno que AMLO produce ante las masas, esto fue imposible.

Llegar a Claudia Sheinbaum, era verdaderamente complicado, y su imagen era glorificada, por lo que cuando anunció su gira por Morelos supe que a pesar de que sería difícil, era mi oportunidad para conocerla. Ella, como otras corcholatas, viajaron a los estados bajo la premisa de “Primero la obligación y luego la devoción”. Por lo que primero se reunió con los empresarios de Morelos y después, con la gente. Desde mi perspectiva, esto podría simbolizar que antes de lanzarse a una campaña, hay que formar acuerdos con aquellos que la iban a financiar.

Después de pedir algunos favores, pude meterme en el “Desayuno de los empresarios”. Ahí, con mucha emoción espere a Claudia, quien al llegar una hora tarde, elevo mi nerviosismo hasta que de pronto apareció, sin ninguna entrada triunfal, presencia escénica y gesto de liderazgo, solamente llegó, con una persona junto a ella saludo lentamente a todas las personas que en el comité de recibida la esperaban.

Ahí, tuve la oportunidad de saludarla y pedirle una fotografía, sin ningún gesto agresivo o prepotente me concedió esa fotografía y después procedí a escuchar su conferencia. Para sorpresa de todos empezó con cifras (supongo que aquello que les interesa a los empresarios) y después, como todos los candidatos de Morena empezó a recitar la vida de AMLO como si se tratara de un pasaje en la biblia, habló de cómo sufrió cuando le robaron la elección e incluso de la lucha que está llevando actualmente, durante toda la conferencia solo hubo un momento donde pudo encender algo en los asistente y fue cuando dijo “Es tiempo de las mujeres”.

No se bien como explicarlo, pero al estar junto a ella, pude sentir una especie de “energía” y la certeza de que ella puede llegar a ser Presidenta de México, pero además de esa aura no pude sentir absolutamente nada, Claudia es gris hasta llegar al exceso y yo sentí, que ella por sí misma, no tiene nada que decir ni proponer, quizá solamente es una víctima de las circunstancia, quizá nadie en su sano juicio le diría que no a la Presidencia de México.

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