Bueno o malo (yo creo que malo) el Presidente Donald Trump es un personaje que no será olvidado por la historia, por lo menos, próxima.
Debido a que a diferencia de otros mandatarios, su presencia política, no se fundamenta solamente en sus políticas públicas o el legado que deja al salir de la oficina oval.
Aunque fueron ampliamente polémicas, las políticas públicas de Donald Trump no serían nada, si no estuvieran acompañadas por su estruendoso carácter, su forma de responder a los problemas y su actitud ante el poder.
Donald Trump, no fue otro mandatario, fue un hombre que sacudió tanto a Estados Unidos, el mundo y al contexto político, que el mundo, la forma de hacer política y de relacionarnos, se puede dividir entre el momento previo y posterior a él. Esto no significa que él sea el gran líder del último milenio, ni mucho menos una persona cuyo intelecto, habilidades sociales e ideas merecen el reconocimiento que tuvieron.
Trump como muchos otros es una necesidad de las circunstancias, una pieza que llenó las lagunas de un sector al cual decidimos ignorar, hasta que fue imposible hacerlo.
Trump, como todos los agitadores sociales de gran magnitud en la historia, no puede haber causado tanto oleaje y esperar no correr el riesgo de ahogarse. Las olas creadas en un pasado, hoy tocan a su puerta en forma de un tsunami, que son 4 investigaciones, que eventualmente se convertirán en juicios, por distintos crímenes.
Como haber pagado sobornos, incentivar a la toma de un capitolio, esconder documentos clasificados y la más reciente, intentar cambiar el resultado de una elección, que perdió.
Es innegable, que TRUMP cometió actos que si no fueran ilegales, son inmorales y reprobables. Pero me atormenta pensar, hasta qué punto los casos a los que hoy se está enfrentando, son motivados desde el poder, como una persecución política.
Explico ese incendiario pensamiento; Todos los Presidentes de Estados Unidos, por lo menos en la historia reciente, han llegado a rozar la línea de la legalidad y el ejercicio del Poder.
Recuerdo a George Bush invadiendo países por petróleo, Barack Obama y sus diversos operativos en nuestro país. Todos ellos, a pesar de no haber sido tan ruidosos como el Presidente Trump, también debieron enfrentarse a la justicia, pero no lo hicieron ni lo harán ¿Hasta qué punto los problemas legales que enfrenta el ex mandatario son producto de su irresponsable e inmoral conducta y hasta qué punto son parte de una persecución política que aprovecha que él tampoco respetó las formas? Finalmente hoy, sigue siendo el candidato puntero del partido republicano. Mientras tanto, nosotros veamos de cerca, lo contradictorio que es, que a pesar de estar en un proceso legal, ser el primer presidente con una fotografía en la cárcel y faltar al primer debate republicano, Trump puede ganar la Presidencia.