Sin lugar a dudas, se están viviendo momentos muy trascendentes para el futuro de nuestro país. Porque en estos momentos se está definiendo el futuro político, económico, social y de desarrollo en todos los aspectos de nuestro México. Hace seis años, en esto años se estaba cocinando el siguiente sexenio (el hoy nos mal gobierna). Seguramente hubo acuerdos, alianzas, convenios y como resultado, desde el punto de vista de unos 30 millones de mexicanos al menos, no nos fue muy bien. Claro, dentro de ese conjunto de personas, están los arrepentidos que en su momento se decidieron por un personaje que a las primeras de cambio los desilusionó. Con plena seguridad, en aquellos tiempos, la mayor parte del electorado decidió con el hígado, con el estómago y con la emoción del coraje, por gobernantes que hasta ese momento habían dado muestra de favorecer intereses muy particulares. Pero esa decisión fue una de las peores. Siendo que el triunfador de las elecciones para ejecutivo del 2018, obtuvo una gran mayoría, era la oportunidad para transforma a México y a los mexicanos.
Pero ese no era su proyecto, se dedicó a abrir más la brecha entre los mexicanos, y a atacar diariamente a quienes no estaban con él en sus ideas y proyectos. Por otro lado, hasta el día de hoy, hay dos formas para definir a un candidato que represente a los dos bloques, el oficial y el opositor. Por el frente amplio están dos propuestas, Beatriz y Xóchitl, ambas con la capacidad y experiencia para gobernar, ambas con muchas simpatías que han quedado de manifiesto en la recopilación de registros electrónicos en todo el país.
Con la aceptación de partidistas, ciudadanos y apolíticos por ser una propuesta más ciudadana que partidista. Por otro lado, el bloque liderado por el presidente Andrés Manuel, que desde el púlpito de la mañanera y desde lo oscurito ha definido las estrategias a seguir. Con cuatro propuestas, todos ellos enfrentándose entre sí, descalificándose, señalando las faltas de uno u otro, utilizando los recursos públicos en sus actividades (véase la visita de Cesar Augusto a Morelos donde el Gobernador Cuauhtémoc y el Presidente Municipal Rafael Reyes utilizaron recursos humanos y económicos para llenarle los eventos que tuvo en el estado, ni se diga en la promoción de la Sheinbaum) y en espera de los resultados que les dé su casa encuestadora, que ni ellos tienen la confianza sea serio el resultado. Pero eso no es todo en cuanto a propuestas para definir candidatos.
El Partido Movimiento Ciudadano se ha mantenido fuera de esas dos esferas, esperando la oportunidad, y ya se está visualizando por donde va Dante Delgado Ranauro, que está crecido por haber ganado gubernaturas y ayuntamientos de ciudades importantes, en Jalisco y Nuevo León. Hoy quiere ir solo y se especula que ahora, con la pérdida de su gobernador de Jalisco, por rompimiento reciente, solo tiene a Luis Donaldo Colosio y a Samuel García como sus cartas principales. Y por otro lado, en pequeña escala también Noroña anda recorriendo el país buscando apoyo para que su partido el PT lo postule. Él sabe que no tiene pocas posibilidades, pero también sabe que estando en la jugada puede obtener un escaño en el senado o cualquier otro cargo de elección, pues es de los que están acostumbrados a vivir sin trabajar. Sabe que también finalmente se adherirá al bloque, hasta hoy oficial, porque eso les garantiza beneficios electorales a su partido (satélites les llamábamos antes).
Pero si decimos que el horno está caliente, es porque en todos lados se está aumentando la temperatura política. En el caso del Frente amplio se escucha a los mismos simpatizantes de Xóchitl hablar mal de Beatriz y de Alito. Lo que no se ha escuchado en público, que los simpatizantes de Beatriz hablen mal de Xóchitl. En fin, lo que meno conviene es enfrentarse entre sí mismos, puesto que se inició un proyecto democrático innovador que se ha visto muy bien, se ha manejado muy bien. No ha habido derroche de recursos, se ha mostrado actos masivos con el respeto. Ojalá y no se desborden las pasiones y se mantenga un Frente Amplio firme y fuerte para encarar las elecciones oficiales. De otra manera llegarán débiles y eso solo beneficia al Rey del Palacio Nacional, que seguirá imponiendo su forma de gobernar a través de una de sus corcholatas.