Es momento de definiciones en la política mexicana. Después de meses de corcholatas saludando con una mano mientras sostiene una pesada roca con la otra y un grupo de partidos opositores que reaparecieron del desorden, el sesgo de su propio privilegio y la arrogancia política, para presentarse como una mujer con un huipil.
Es momento de que la “Ciudadanía” (que en mi opinión significaran las estructuras partidistas y el Presidente de la República) decidan quienes serán los candidatos que pelearán la presidencia en 2024 y por lo tanto dibujarán la próxima legislatura, candidaturas a gobernadores y final del sexenio de Lopez Obrador.
En la oposición, las cosas parecen apuntar a que Xochitl Gálvez, la mejor candidata que las circunstancias podrían ameritar (no que México podría necesitar) será la candidata. Después de una convocatoria amplia, donde todo tipo de personajes se inscribieron para encabezar este frente, las 150 mil firmas y el consejo interno del frente, se encargó de depurar la lista. Primero cayeron los perredistas, quienes como mancera han optado por recurrir a las autoridades electorales para mostrar su enojo y Enrique de la Madrid, quien muy al estilo PRIISTA, se bajó en silencio y conformidad de la contienda.
Y hoy, al momento en el que escribo este artículo, se dio a conocer que Santiago Creel dejaría la contienda y declinará en favor de Xochitl Galvez, dejando un camino más fácil para la senadora, quien hoy podría empezar a abandonar la idea de que las elecciones dentro del Frente, podrían terminar con ella debido a la participación de las estructuras partidistas. Por lo que hoy, el Frente solo tiene que seguir caminando, atacando al Presidente, nunca a ellos mismos y si bien, no llegara a ganar la Presidencia, si podría ganar un número considerable de asientos en el Congreso.
Por su parte Morena, al ver la línea de meta tan cerca de si, empezó a enloquecer. Después de unas aburridas giras a lo largo del país, donde lo único digno de análisis, fue la habilidad para caminar en la línea de la legalidad e ilegalidad sin ser castigados, la lista se reduce a tres personas, Claudia Sheinbaum (quien pasó toda su campaña siendo gris), Marcelo Ebrard (A quien la campaña y la llegada de Xochitl Galvez le ha afectado de manera prominente) y Adan Augusto (quien a pesar de no ser un candidato puntero ha desatado ciertas pasiones en algunas zonas del país).
Marcelo Ebrard, al ver la desventaja que tenía sobre la ex jefa de Gobierno, decidió lanzar una bomba, al decir que desde el Gobierno, se ha apoyado a Claudia Sheinbaum con brigadistas, dinero y acciones tendenciosas. Aunque es innegable que desde el poder si ha habido cierta tendencia, Marcelo quien hoy parecería dudar de su permanencia en Morena, atentó contra quien hoy parece mover el pandero de la decisión, el Presidente. De progresar, esta acusación por parte del ex canciller, podría convertirse en el inicio de la fractura en Morena, que a la partida del Presidente AMLO podría dividir al movimiento de manera irreconciliable.
Nuevamente, es momento de definiciones, donde se levantarán manos de ganadores y al mismo tiempo se romperán filas. Recordemos que la única asistencia que vuelve locos a los políticos, es el Poder. Esos pequeños raspones que ya existen por la lucha del Poder dentro del partido, que no han sido detenidos por gobernación o presidencia, pueden convertirse en heridas fatales.