Al menos cinco conductores fueron asesinados, dos de ellos calcinados, tres heridos, tres unidades de transporte incendiadas y un vehículo particular, dejó la ola de violencia desatada el pasado sábado en Guerrero y Tixtla, por un grupo criminal Los Ardillos, para presionar a las autoridades de liberar a un líder transportista y su chófer.
Aunado a lo anterior, la mañana de este lunes, cientos de policías estatales y agentes de la Guardia Nacional se plantaron en la autopista del Sol, a la altura del Parador del Márquez, por la llegada de 200 transportistas y pobladores de pueblos del Valle de Chilpancingo y municipios vecinos, con maquetes y bombas molotov.
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Mientras que, la alcaldesa de Morena en Chilpancingo, Norma Otilia Hernández, declaró en medio del conflicto que “no nos van a tumbar”.
Con información de Proceso
*ARD