CANTO A CHIAPAS

A media palabra

Anteponer al cuerpo de una obra literaria, un escrito cuyo contenido insinúe a su lectura, resulta temerario. Por ello, debo decirles a los que me leen, que los griegos fueron suficientemente sabios al inventar la palabra “prólogo”formada por la suma de dos partes diferenciadas; el prefijo “pro”, que puede traducirse como “antes” y el vocablo logos, que es sinónimo de “palabra”. En efecto, fueron sabios porque en ese entonces con pocas palabras al presentar un libro, proyectaban sus mejores sentimientos sobre la obra y sus autores.

Creo que no hay nada más difícil, que dar comentarios al comienzo de una obra, porque en esa porción del libro, llámese prólogo, se debe ahondar sobre su contenido. Por ello, me disculpé en su momento histórico, porque al terminar el texto de presentación del ejemplar que nos trata, no estaba cierto de alcanzar la descripción correcta y estar a la altura de tan bello contenido.

En “Canto a Chiapas” vemos pues como poetas y escritores en concierto, van describiendo lo que sienten en realidad a través de textos y poemas en donde se plasman ideas, emociones, sentimientos y pensamientos para describir a Chiapas. Sus ojos, están en todos los lugares y tiempos de dicha entidad.

Los lectores de dicho ejemplar habrán de ser impresionados porque encontrarán que algunos de los autores, desean estar enamorados de Chiapas, otros ya lo están, unos lo conocen, otros no, lo cierto es que le escriben y le admiran. Algunos afirman que Chiapas, nació en ellos, otros afirman que Chiapas, creció en ellos, pero todos saben de él, por los primeros cuentos del abuelo.

Leyendo la antología a que aludo, podrán descubrir y adentrarse en la sabiduría de aquella máxima de Ricardo E. Molinari, cuando  cuestionaba:¿Quién no tuvo un pueblo para pasear en sueños?

El inicio del proyecto, fue una travesura, una diablura infantil que se convertiría  en una seria convocatoria, obteniendo como resultado el deleite de asomarse a hermosos paisajes, incomparables sensaciones en versos, en donde por su corazón mujeres como hombres inventan y reinventan como niñas y niños a Chiapas, sea por su misterio, por su gente y por todo lo que le rodea, además de su historia distinta y distante.

Emprender algo es plausible, escribir para Chiapas ha sido sumamente hermoso, sobre todo cuando se da amor y se demanda afecto chiapaneco, para estar con lo que hizo grande a Enoch Cancino Casahonda, cuando dijo: “Chiapas es en el cosmos lo que una flor al viento”.

Así que, para Chiapas, los señores:Pilar Martínez Nandín, María Eugenia Soberanis Nogueda, Azucena de los Ángeles Farías Hernández, María Elena Madrid, María del Socorro Maestro Payró (Géminis), Ruth Pérez Aguirre, María Elena Estrada de Monterrubio, Patricia Garza Soberanis, María Virginia Hernández Peña, Cleotilde Guadalupe Gordoa de la Tejera, María Elena Solórzano Carbajal, Jorge Luis Sánchez Navarrete, Marcos Ignacio Cuevas González, Rosalba de la Cruz Acosta, Iván Portela Bonachea, Cristina Olivera Chávez, Miguel Arcadio Cruz Ruíz, José H. Velázquez Fernández y Eloísa Soberanis Acosta, dejan al lector un bello legado. El libro en cuestión fue presentado formalmente en la Universidad de Ciencias y Artes y Chiapas y, sus autores desde otras entidades viajaron ex profesamente para ello.

“Canto a Chiapas” es un buen libro, les recomiendo su lectura.

 

*IR