Evaluación. La mejor forma de evaluar a una autoridad o representación popular es en el plano de los hechos. No es porque sean los más conocidos, porque eso se logra pagando publicidad; no es siendo el más viejo porque eso cualquiera y mucho menos por tener dinero. La mejor manera de poder definir como exitoso a un servidor público (porque eso es todo aquel que ocupa un cargo en el servicio público), es por sus hechos, por sus obras, por el alcance de sus obras, pero sobre todo por el impacto positivo que pudieran generar sus acciones. Hoy muchos aspiran, sólo tómese un tiempo para revisar qué han hecho, cómo lo han hecho y qué ha generado lo que han hecho. Lo demás son puras estrategias de marketing. Desde luego que la mercadotecnia es importante, pero sin mentir.
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De a cuartas. Ayer, después de varios meses por fin se les vio juntos. Los tres diputados y las seis diputadas que forman parte de la llamada Cuarta Transformación se tomaron una foto. Está claro que lo sucedido el pasado fin de semana en el Consejo Nacional de MORENA marcó la pauta y le bajó los humos a los que han andado acelerados en el adelantado proceso electoral y el jalón de orejas es evidente, pues si en lo nacional aparentemente se pusieron de acuerdo, en lo local tendrá que suceder lo mismo; sean el Partido del Trabajo (PT), del Partido Verde o de MORENA. Aunque no hace falta ser pitonisa para saber que la imagen en la que aparecen todos muestra una escena de teatro porque está claro que en la cadena de traiciones habrá sacrificados. Además, como dice el refrán: los carniceros de hoy, serán las reces de mañana.
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Dónde están? ¿Por cierto y la oposición? En Morelos hay varios que levantan la mano, pero hoy sin lugar a dudas abundan los suspirantes pero brillan por su ausencia los partidos políticos. No aparecen las dirigencias, salvo en casos excepcionales, pero muy excepcionales. En el PRD sólo se la pasan diciendo que van de la mano de la gente, en el PRI siguen peleándose las cenizas de lo que fueron y en el PAN tienen todas sus esperanzas en José Luis Urióstegui. No hay trabajo partidista, no hay cercanía con la gente, no hay ninguna actividad que les haga presentes en la cotidianidad del estado. No se mueven y si lo hacen, son invisibles.
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Está loco. El diputado federal Gerardo Fernández Noroña se anotó en la lista para competir por la candidatura a la presidencia desde el Partido del Trabajo (PT), pero no lo hace más que con la intención de aparecer en la escena y ser considerado en alguna buena posición que le garantice seguir viviendo del erario. Aquí es donde hay que poner atención porque en el escenario de los acuerdos nacionales Morelos se ha convertido en una monedita de cambio. Ocurrió en el pasado proceso electoral y al presidente AMLO no le importó entregarle al PES el estado con tal de llevarlos en la Coalición. Así que Noroña se la ha pasado presumiendo que vive en Tepoztlán, lo que le abre la posibilidad de levantar la mano y decirle a las cúpulas nacionales: no se preocupen, yo me sacrifico y me voy a la gubernatura de Morelos, ya que allá nadie se pone de acuerdo.
*IR