Cuernavaca, la antigua Cuauhnáhuac, la ciudad de la que el alemán Alexander von Humboldt destaco su belleza; Cuernavaca es la primavera de México, es la ciudad de la eterna primavera, la ciudad ¿de la eterna brincadera?
Agujeros, hundimientos, baches, hoyancos y socavones por todos lados y por muchas calles, afean esta magnífica ciudad, la convierten en un lugar en la que el circular es muy complicado, para propios y extraños.
Ejemplo de ello, es la Avenida Plan de Ayala, donde extrañas fugas de agua limpia que se desparraman desde el camellón, han erosionado la tan transitada vía.
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Lectores y seguidores de Lo de Hoy Morelos, denunciaron un gran bache, colocado justo tras los topes de la poco transitada, pero si abandonada calle “Prolongación del Arco”, en Amatitlán.
En la Avenida La Pradera, la señora Esperanza Sosa, alerta sobre la presencia de un socavón, el primero de tres que cruzan su calle. Desde hace tres años, la promesa del Ayuntamiento es la misma: ya vamos a repararlo.
La preocupación radica en que al evitar el socavón, los vehículos se desvían hasta muy cerca de la banqueta, donde la gente pasa.
Este, es otro ejemplo de que la belleza de la ciudad, literalmente, se nos está huyendo por la alcantarilla.
*IR