…Y si en lugar del dinero usamos los: ¡te amo y te quiero!

La misión docente

Los docentes conscientes sabemos muy bien que cuando acompañamos a nuestros alumnos a caminar; es porque estamos convencidos que, en su momento, desplegarán sus alas para volar.

Habrá que revelarles, pero es mucho mejor que cada uno descubra por su propio esfuerzo, el mayor secreto del universo: para disfrutar de la vida, es necesario e indispensable amar sin medida.

Y por supuesto, cuando se entrega el corazón, no interviene la resta o la división, sino la suma y la multiplicación; y en todo caso, no pierde nada quien todo lo entrega, quien padecerá de ingratas horas, será quien lo que recibe, no valora.

Sólo las personas de corazón pequeño, no se atreven a amar, a perdonar o a tener sueños.

Salgamos del círculo vicioso del mercantilismo que nos conduce irremediablemente al abismo; es falso que, frente a todo problema o necesidad, la solución sea el dinero; para hacer feliz a alguien basta un sincero ¡Te amo! ¡Te quiero!

Ayudemos a nuestros alumnos y padres de familia a que tomen conciencia, que muchas de las necesidades que padecen son ficticias; deben aprender a vivir con el fruto de su esfuerzo y trabajo diario; a no adquirir objetos o contratar servicios que rebasen el monto de sus salarios; sólo cuando somos capaces de aplazar o darle la espalda al fugaz placer; liberamos del sufrimiento a nuestro Ser.

Para cristalizar los postulados de la Escuela es Nuestra y de la Cuarta Transformación; es indispensable practicar el desapego y la austeridad; la fraternidad y la solidaridad.

En el ámbito educativo nuestro parámetro para medir el grado de felicidad, no debe consistir en el recuento de las victorias logradas cada día; sino de la ausencia de problemas que se evitan, cuando se actúa con responsabilidad, dedicación, amor y sabiduría.

Sigo recomendando se practique dentro de las escuelas la meditación; la pandemia ha dejado profundas secuelas y sensibles heridas en el corazón; urge enseñar a los alumnos como dominar sus tristezas, su dolor y enfado; sólo consiguiendo lo anterior, los problemas y desafíos externos podrán ser superados.

Las emociones tóxicas no se reciclan o reutilizan; se desechan y volatizan; si la ira y la violencia son fruto de la ignorancia y confusión; y el temor es sinónimo de ausencia de luz y amor; se vuelve un acto prioritario la liberación, a través de una buena educación.

No se cansen de amar mis admirados docentes; y siempre tengan presente, que el amor es un fluir sin fin y permanente; es encuentro, relación y unidad del corazón, del espíritu y la mente.

Todo docente es un buscador nato de la verdad; y más temprano que tarde descubrirá, que la ausencia de apego a las personas y a las cosas, es sinónimo de serena libertad; para que mientras vivas no yerres, procura que a nada terrenal te aferres.

También se vuelve necesario comprender que la mayoría de nuestros adversarios; son víctimas de la ignorancia y sus nefastas consecuencias; sólo a partir de esta premisa; evitaremos responder a sus insultos con prisa y con violencia.

Siempre será una maravilla contar con una excelente mirada de clara visión; pero seguirá siendo una bendición, poder ver a los demás, con amorosa compasión.

Y ahora, una breve experiencia; que a más de uno le ha acontecido, en su bienaventurada existencia:

 Él era sensible y de mente despierta; su corazón, siempre mantenía las puertas abiertas. la recibió con un cálido abrazo y una amorosa sonrisa; intercambiaron audaces, intensas y fugaces caricias…

Ella, de pronto, apartó su mirada; su mano sujetó el celular y respondió a una inoportuna llamada; luego, sus dedos se deslizaron diestros por el teclado; los textos salían presurosos, con destino a otros usuarios conectados.

El encuentro tierno y apasionado, de dos corazones enamorados; de manera brusca y sin previo aviso, ya había terminado.

*IR