Sobre mujeres privadas de la libertad…

El espejo de Venus

Hemos conocido los resultados del Diagnóstico Estatal de Reinserción Social del ejercicio 2021, elaborado por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, en su tercera entrega. El diagnóstico tiene como objetivo verificar el cumplimiento de los principios de dignidad humana, igualdad, legalidad, debido proceso, transparencia, confidencialidad, publicidad y  proporcionalidad, por las autoridades de reinserción del estado de Morelos y no podemos dejar de leer el apartado referente a las condiciones en las que se encuentran las Mujeres Privadas de la Libertad y que, a decir de este reporte “representan uno de los grupos sociales más marginados, ya que se enfrentan en todas las etapas de sus procesos penales a legislaciones androcéntricas e inequitativas, así como a sistemáticas violaciones a sus derechos humanos, aún y cuando existe normatividad que las protege”.

La cárcel no se vive de la misma manera si se es hombre en comparación con ser mujer, pues los estereotipos de género siguen existiendo en nuestra sociedad y en la cárcel, un espacio extremo en el que todo cuesta más y se intensifica, incluyendo la desigualdad y la violencia, el fenómeno se agudiza. El impacto diferenciado entre mujeres y hombres privados de su libertad es tal, que para el DERS 2021, se definió hacer un Informe especial y, para ello, se encuestaron 228 de un total de 317 mujeres.

La encuesta da a conocer datos muy interesantes, como que al 95% de las mujeres no se les brinda atención médica con trato diferenciado, mientras que el 3% refirió no recibirlo y el 2% no lo requiere; en cuanto al espacio para madres, con hijas e hijos, el 2% refirió que sí se le garantiza, el 98% no lo requiere;  en cuanto a la alimentación para niñas y niños. El 1% señaló que sí se le garantiza y 99% no lo requiere.

En el apartado de la Atención médica para embarazadas. Un 2% dijo que se le proporciona y el 98% no lo requiere; en torno a la visita íntima, al 61% sí se les garantiza, al 29% no y el 10% no lo requiere; sobre los Métodos anticonceptivos; el 55% manifestó que sí se le proporciona algún método, al 30% no y el 15% dijo no requerirlo y en cuanto a los Artículos de higiene menstrual. Al 25% sí se les proporciona, al 74% no y solo el 1% no lo requiere.

En cuanto a la Planificación familiar, el 65% señaló que ha recibido alguna plática, curso o capacitación en el tema, el 35% no; al 68% se le aplicó un examen de cáncer de mama y al 32%, no y el examen de detección de cáncer cérvico uterino, al 63% se le ha practicado este examen, al 37% no y al 26% sí se les proporciona el Servicio médico diferenciado y al 74%, no.

Es decir, que entre otras cosas, no se les garantiza: El ejercicio digno de su maternidad y lactancia; el suministro de artículos para satisfacer las necesidades propias de su género; conservar la guardia y custodia de su hija o hijo menor de tres años; recibir alimentación adecuada y saludable para su hija o hijo; recibir trato directo de personal femenino, y recibir educación inicial, atención pediátrica y vestimenta para sus hijas o hijos, acorde a su edad y etapa de desarrollo.

El informe revela que  por el perfil general de mujeres que ingresan al sistema penitenciario (pobres, sin mucha escolarización u oportunidad de empleo, con dependientes a su cargo ) no es sorprendente que las mujeres excarceladas, sea porque cumplieron su sentencia, están en libertad condicional o tienen una medida no privativa de la libertad como el arresto domiciliario o el brazalete, enfrenten una situación peor al salir, incluso ahora con antecedentes penales, problemas de salud física y mental, habiendo vivido violencia, privación y la desconexión de sus familias y seres queridos. 

“Ellas viven la discriminación y el estigma de forma desproporcionada, en comparación con los hombres y no contar con servicios post penales les impide lograr una reinserción social efectiva, retomar o construir proyectos de vida, exponiéndolas a actividades ilícitas entre ellas el narcomenudeo y el robo; o situarse como víctima potencial del delito de trata de personas o del trabajo sexual”.

Al leer este reporte, no podemos dejar de mencionar, de nombrar a María Luisa Villanueva, quien ha pasado gran parte de su vida, acusada de un crimen que no cometió y la lucha que en torno al caso ha realizado el abogado en derechos humanos, Eutiquio Damián Santiago y los muchos colectivos empeñados en conseguir su liberación

*IR