Cuando ya desde hace unos días nos estamos “soplando” unos, ¿qué será? Propaganda, promocionales, avances informativos, mensajes que atarugan, o tomadas de pelo, todo con la finalidad de preparar al pueblo para que reciba de la mejor manera el engendro que será lo que de manera ruidosa se conoce como El Cuarto Informe presidencial. ¿Cuarto? Pues sea, pero el señor del Palacio nos ha indilgado una serie de actos que es “informitis” que no han sido más que resúmenes de los rituales conocidos como Las mañaneras. Cualquiera que critique a las mañaneras son traidores a la Patria, son neoliberales, son conservadores, son los enemigos de México, son jijuelas que no reconocen ni agradecen los bienes que la 4T ha traído a todo el pueblo de nuestro sufrido país. Dicen, no lo sé de cierto, que cada quien busca a su pendejo con quien platicar. Bueno esto lo digo, porque AMLO ha hecho circular invitaciones de lujo a quienes van a tener acceso al patio central del Palacio de Moctezuma o del conquistador Hernando de Cortés, justo frente a los murales de la conquista, la Colonia, la Reforma y la revolución mexicana, toda una síntesis de una grande época de la historia de México, murales que son producto del pincel del grande Diego Rivera, que en Palacio hace crítica a la desmedida corrupción y abuso de quienes tienen el poder y en la Secretaría de Educación, hace homenaje a los maestros caídos en su deseo de servir a México y hace una crítica a los gobiernos que como el actual, les vale madre que sigamos siendo pueblo ignorante, subdesarrollado y tercer mundista. Se anuncia con bombo y platillo el Cuarto Informe en donde desde las previas se sigue reiterando que “no somos iguales” y se oculta lo que es la realidad de la nación, por ejemplo, en lo que va del año, son quince periodistas asesinados por los que reciben los abrazos, porque al decir del mandatario, “son seres humanos y tienen derecho a que se les respeten sus derechos humanos,” la carestía en los productos de la canasta básica, se refleja en la pobreza y la desnutrición que sufren las familias, pero, “todo está bajo control” los combustibles siguen a la alza y no hay manera de parar el precio, pero eso sí, “no hay gasolinazos porque el subsidio sigue”, los hombres, las mujeres y los niños que sufren el cáncer y que protestan porque no hay medicamentos, Hugo López Gatell los califica de mentirosos y revoltosos, además, enemigos del gobierno, que cuando se les cae el teatrito, como es el caso Los 43 de Ayotzinapa, buscan distraer a la gente y ¡sopas! Por un lado ponen fuera de una ilegal prisión a Rosario Robles y por otro lado dejan preso a Jesús Murillo ex funcionario de la desaparecida PGR, otro mexicano a quien le aplican “mátenlo y después viriguas” porque otra vez la presunción de inocencia es letra muerta y se la pasan tranquilamente por el Arco del Triunfo, ya no digamos que el hombre tiene setenta y cuatro años (ojalá y no pase) que por sus enfermedades muriera en su prisión preventiva, seguramente justificarían, “es que ya le tocaba, ¡que poca!, que los mineros del carbón, que tuvieran la vergüenza de decir, “perdón, los dejamos morir, porque somos unos ineptos” y no tener el cinismo de avisar que el rescate se hará dentro de seis u once meses y que si los familiares de estos diez hombres en desgracia exigen la renuncia de la funcionaria que no funciona, AMLO dice, “eso es politequería”. ¡Qué falta de sentido humano! No hay duda, Andrés Manuel López Obrador tiene otros datos y sin ningún rubor hace un comparativo en una gráfica donde llega a la conclusión de que este gobierno ha bajado en un diez por ciento la actividad criminal lo que hace evidente que no le han llegado los reportes de Zacatecas, Colima, Guanajuato y San Luis Potosí. A las mujeres las siguen asesinando sin ninguna misericordia, así como a los niños que son muertos y calificados como daños colaterales. Así las cosas, ayer miles de niños y jóvenes de Primaria y Secundaria, se reactiva la economía y los maestros seguirán trabajando “a la antigüita” porque ni Delfina ni nadie sabe de bien a bien en qué consiste la reforma en los planes y programas de estudio. Lo malo es que al final de cuentas los padres preguntarán, ¿y en qué año va mi hijo? La respuesta tiene que ser vaga, porque tampoco se sabe si se respetarán los grados o si se le va entrar a la vacilada esa de las “fases” que nadie entiende y todos las explican. Como si fuera poco, las autoridades federales, porque las estatales no cuentan, ya ordenaron que en este año tampoco habrá reprobados porque no habrá evaluaciones como tales, y en un arranque más de populismo se determina que los alumnos pueden ir a la escuela como se les dé la gana, greñudos, sin uniforme, con chamarras, con el pelo pintado, todos porque se tienen que respetar sus derechos y ¡viva la democracia!. ¡Ajua! ¡Viva México! ¿educar? No somos iguales. HASTA LA PROXIMA.
*IR