Yolo, una niña de Tlacotenco perdió su pierna en accidente

“A la niña de los silencios” la empresa Ometichtli se niega a reparar los daños provocados en su físico

A diferencia de las niñas de su edad que sonríen, cantan y hablan casi todo el tiempo. Yoloxochitl, es una niña de silencios, apenas asiente y contesta con monosílabos.

Una sonrisa tímida nos entreabre apenas, parte de lo que siente. Dice que no le molesta hablar “de eso que paso ese día”, pero prefiere no hacerlo.

LA NIÑA DE LOS SILENCIOS

El sábado 13 de noviembre del 2021, Yolo y su madre, Domitila, salieron muy temprano de su casa a vender a Cuernavaca.

El autobús en el que viajaban perteneciente a la empresa Ometochtli, perdió los frenos y se estrelló contra un árbol, los asientos donde su mama y la niña viajaban, recibieron todo el impacto.

De ese día, apenas si hay recuerdos: tras recobrar el conocimiento e intercambiar palabras con su madre, salir arrastrándose de la unidad y buscar a alguien de su familia por teléfono. La madrugada era muy oscura y el día no llegaba y tampoco la ayuda.

Ese día, Yolo grito como nunca, para poder ser rescatada y alguien, por fin, la escucho. Hoy. Yolo casi no habla. Guarda en sus silencios su sentir y su pensar.

Puedes leer: Por vía FEADE Jiutepec dará incentivo al rubro productivo

UN ACCIDENTE LO CAMBIO TODO

El saldo del accidente registrado en el Barrio de San Pedro en Tepoztlán, fue de más de 26 heridos. Su madre resulto fracturada de su cadera y la niña, perdió la pierna izquierda.

Dos semanas después, el conductor de la unidad, murió y desde entonces, la empresa no se ha hecho responsable de los gastos para su atención médica ni de ella, ni de su madre.

Tras el accidente, se gestó un movimiento social y mientras que afuera, en la calle, en su comunidad y en el estado se generaban acciones de protesta, adentro, en el hospital, Yolo peleaba contra las infecciones y sin medicamentos. Al final, su mundo cambio: perdió la pierna izquierda.

A Yolo le gustaba ¡y a Cuernavaca, acompañaba a su madre a vender verduras y, terminando, salía a caminar por la ciudad. Ella quiere ser contadora, pero ahora, no ha podido ingresar a la preparatoria, la incertidumbre sobre su salud es mucha.

Se conforma con poder tener una prótesis y apoyo para seguir sus sueños. Con que pueda hacer por su sola sus cosas, dice, es más que suficiente.

Ya no piensa en futuro, vive día a día, dice, pero sin la emoción que dan los sueños--por ahora, guarda silencio. Es una niña de silencios.

*IR