La democracia es un sueño

Generando

Ya hace 2500 años se comenzaba a mencionar a la democracia como la búsqueda de un sistema político de gobierno. Se instauraron instituciones para la práctica de la democracia, obviamente no como lo que conocemos hoy. Pero solo por tener una idea de que la democracia es ansiada pero no aceptada.

En nuestro país, a partir de su nacimiento como Estado Mexicano y fundamentado en la Constitución de Apatzingan, el foco central de la conformación del gobierno era a través de la democracia, reconociendo la voluntad jurídica y política de la ciudadanía para ser electos y elegir a sus representantes en los órganos de gobierno, como son el Supremo Congreso y el Supremo Gobierno.

La revolución mexicana se inició bajo los ideales de la democracia, que ya venía siendo pisoteada desde las leyes de Reforma, promulgadas por Juárez y quien se mantuvo en el poder varios periodos, reeligiéndose en dos ocasiones. Porfirio Díaz comenzó con una insurrección a demostrar su desacuerdo por la falta de democracia. Cuando Juárez falleció llegó su oportunidad de buscar la presidencia de la República, la cual logra a través de una revolución militar en el año 1876. Manuel González en 1880 y hasta 1884 gobernó, solo intercambiando el poder con Porfirio Díaz, quien regresó mediante el voto, manteniéndose en la presidencia por 26 años, hasta 1910. A partir de 1911 es depuesto por pensadores, ideólogos y revolucionarios como Madero, Magón, Serdán, quienes establecieron sus bases ideológicas en la no reelección. A partir de esos años, elecciones, derrocamientos, asesinatos, principalmente por el poder, donde el pueblo buscaba una democracia, pero los militares no cedían.

A lo largo de setenta años bajo un supuesto régimen partidista hubo una simulación de democracia, convocada, organizada y calificada por el gobierno en turno, donde siempre resultaba ganador el partido oficial, el PRI.

A partir de 1990, las elecciones son calificadas por un Instituto Electoral dirigido por ciudadanos que hasta la fecha actual ha permitido llevar una transición democrática.

Sin embargo, un factor común ha marcado todas las elecciones en México. En las elecciones del siglo XIX, las del siglo XX y en lo que va del siglo XXI, todas, pero todas, están marcadas por la movilización de votantes, de sus domicilios a los centros de acopio del voto, por cada uno de los partidos.

La principal ingeniería de los partidos por la búsqueda del voto, es la de trazar rutas, estrategias, métodos, costos, logística, para llegar al resultado deseado. Es toda una ingeniería económica. Lo único que ha cambiado del antes y después de la conformación del Instituto Electoral (1990) es que antes se hacía a cielo abierto sin temor a la Ley, puesto que quien calificaba era el mismo gobierno. Después de las elecciones existían protestas, desacuerdos, pero como existía la posibilidad de repartir dinero se hacía a manos llenas a los dirigentes de partidos. Posterior a esa fecha la diferencia es que ésta organización se hace de forma oculta, cuidando que no se realice a la vista del público. Hasta antes del año 2000 se convencía otorgando despensas a quienes aceptaban votar por tal o cual candidato. Esta inversión provenía para partidos de oposición de sus propios recursos. Para partidos en el poder de los recursos públicos. Ahora se hace pagando los votos a ciudadanos dispuestos s recibir dinero a cambio de emitir un voto.

Desde que realiza política, AMLO siempre ha sido un crítico. Lo hizo con las movilizaciones para el voto, la compra, el fraude electoral que hacían los partidos políticos y de ello existen muchas evidencias. Cuando creó su partido político MORENA, precisamente uno de los objetivos era el de luchar por el cambio de régimen por la vía electoral, luchar por construir un México democrático, luchar por cambiar el régimen de corrupción, antidemocracia, injusticia e ilegalidad.

Todos los principios, postulados y objetivos pasaron a segundo término ya que el presidente ha dado muestra hacer todo lo que sea necesario para ganar una elección, hasta violar la ley y sus principios. Ya lo presenciamos varias ocasiones, algunas sin fundamento legal como fueron sus consultas públicas sin sustento. Ya lo vimos también en la consulta pública legal organizada por el INE, pero en la que el mismo presidente llamó a los funcionarios a salir y hacer proselitismo a favor de la consulta. El colmo de la violación a la ley fue en la consulta por la revocación de mandato.

La elección para renovar los consejos políticos estatales de su partido MORENA ha sido otra prueba más en la que lo menos le interesa al presidente y sus dirigentes partidistas es respetar la legalidad constitucional. Hoy queda probado que en las elecciones constitucionales de 2024 estarán marcadas por estas premisas. Al presidente le importa un bledo la Ley y las instituciones.

En Morelos también quedó de manifiesto al permitir la participación de no afiliados, simpatizantes o ciudadanos en general, lo que aprovecharon personajes del gobierno local para realizar movilizaciones invirtiendo recursos humanos, económicos, sin control, observándose la asistencia de un gran número de votantes, por la forma tan pueril de afiliarse y sufragar. Hoy, los resultados son impugnados. Y la amenaza de apropiarse de un partido que crearon, mantuvieron y que supuestamente fuera democrático, hoy no lo es. Lo han perdido los morenistas morelenses.

La democracia sigue aun si encontrarse después de 2500 años. La democracia sigue siendo ideal, sueño, esperanza.

*IR