La renovación urgida

Vuelta a la izquierda

La renovación de la dirigencia de Morena es necesaria. Los que están llevan al frente 7 años cuando el estatuto ordena cambiar de dirigentes cada 3 años, ello hace necesario refrescar la dirección y de ahí la importancia del anuncio de la publicación reciente de la convocatoria interna.

El anuncio reciente es una sorpresa que debería tomarse como una buena señal de la actual dirigencia para democratizar al partido en el gobierno. Sin embargo, la premura de su publicación obliga a tomar las cosas con mucha cautela. Es importante el anuncio de retomar el cauce democrático para determinar la dirección de Morena, aun cuando la presidencia y la secretaria general no estará en juego, lo que pudiera interpretarse como oportunismo político de su dirigente nacional y secretaria, porque es una resolución del tribunal electoral, pero en congruencia y acorde con los principios del partido deberían de poner en la mesa sus cargos y que sea la militancia la que los ratificara, eso fortalecería su andar al 2024. Contrario a ello, sus cargos no están en disputa porque ellos se allanan a la disposición del tribunal electoral, aunque eso no los legitime ante la militancia.

Una decisión controversial es que el mismo día se pueden afiliar quien sea, es decir, al momento de asistir al mencionado congreso, se puede afiliar quien sea por lo que veremos grandes filas de “ciudadanos” esperando el momento de acceder a afiliarse y luego votar por quien ellos crean será un buen consejero estatal. En fin, que una buena noticia referente a un proceso que debió llevarse a cabo desde hace 4 años, puede convertirse en un problema por emitir una convocatoria floja, sin tomar en cuenta que sobre cualquier otro documento existe un estatuto que debe servir de fundamento para emitir cualquier otro. Los dirigentes tienen la obligación de respetar su normatividad interna para poder garantizar tener éxito en las decisiones que estos tomen.

En Morelos ya se escucha el intento de abordaje por asalto que intentarán grupos ajenos a Morena. Se puede esperar una elección de estado porque se pretende mover a todo un aparato de gobierno para intentar controlar internamente al partido. Sin embargo, y ateniéndose a la propia convocatoria solo pueden ser consejeros aquellos militantes que demuestren tener arraigo partidista. No dudo que quienes pretenden tomar el control de Morena intenten hacer trampa para meterse a la mala, su corta historia política así lo dice, hacen trampa sin pudor para obtener lo que buscan. No importa trasgredir la máxima de Morena que es no robar, no mentir y no traicionar, su fin justifica sus medios.

Es momento de demostrar la tan mencionada unidad en Morena, es hora de que se haga política interna y se puedan tomar acuerdos que fortalezcan a Morena más allá de intereses y ambiciones personales. El riesgo de no hacerlo es muy alto, ya de origen se tendrá que cargar con una pésima elaboración de una convocatoria que tiene fallas terribles, como para arriesgarse a sufrir el descalabro de que grupos ajenos al partido y a la izquierda se agazapen con el fin de imponer personajes siniestros al frente del estado e intentar seguir saqueando al mismo con todo cinismo.

La dirigencia tiene la responsabilidad de lograr que Morena se fortalezca a partir de la renovación de sus órganos de dirección. La complejidad del proceso comienza desde el mismo origen y decisiones que están adoptando el 1 y el 2 al mando, decisiones controvertidas que dejan dudas en el camino y hacen ver que se aproxima una tormenta.

La renovación es urgente, pero no justifica la premura de un proceso que se pretende acelerar al grado de poner en riesgo su viabilidad. Peligros internos y externos pueden conducir al buque en mala dirección, veremos en estos días si se alcanzan a leer los riesgos para intentar darle una dirección distinta al proceso a pesar de quienes se empeñan en hacer las cosas al “aventón” y al “ahí se va”.

*IR