Los testimonios de estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) evidenciaron la violencia institucional que se vive en esa institución educativa: Una a una, narraron sus casos, primero, siendo víctimas de acoso, hostigamiento y abuso sexual y, después; revictimizadas por parte de las autoridades universitarias y de la misma Federación de Estudiantes del Estado de Morelos (FEUM), que en muchos de los casos, se dedican a protegen a los acosadores y minimizan el sufrimiento de las víctimas.
Las alumnas y algunos padres de familia, urgieron se revise el protocolo de atención de la Violencia contra la mujer en la UAEM y se designen a personal realmente preparado para atender situaciones de este tipo.
Durante la mañana de este miércoles, las universitarias realizaron tendederos de denuncia en las diversas unidades académicas del Campus Chamilpa de la Autónoma de Morelos, donde pusieron nombre y apellido a quienes han violentado a ellas mismas y a sus compañeras, algunos maestros y otros alumnos, pero también los nombre de quienes, a su decir, no han actuado como corresponde.
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Hacia mediodía, se trasladaron a la zona de la Rectoría, colocarle pañuelos verdes y una cinta con la leyenda "peligro" al monumento de Emiliano Zapata, en las instalaciones universitarias.
Llevaron a rectoría un oficio con sus peticiones, para después, realizar una marcha hasta el icónico edificio número 1 del Campus Chamilpa, donde cambiaron las lonas de actividades convocadas por la Federación de Estudiantes Universitarios del Estado de Morelos, por otras, que encabezaron su protesta.
Los casos, más alla de lo “oficial”
Ahí, Fátima Hernández, una de las víctimas de acoso y quien se ha convertido en una de las cabezas de este movimiento de denuncia, estimo que los casos de acoso, hostigamiento y abuso sexual en contra de las universitarias, van más alla de lo que ha trascendido a los medios de comunicación y que muchos de ellos no se denuncian, por temor a represalias y a la presión que ejerce una doble victimización sobre las y los denunciantes.
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De ahí la urgencia de modificar los protocolos que hoy en día se aplican en la Autónoma de Morelos.
Detalló que la normatividad vigente permite que los maestros acosadores puedan renunciar a su cargo y nunca ser destituidos o boletinados como elementos de riesgo para sus alumnos: “En el caso de la prepa uno (de Cuernavaca), los maestros no fueron destituidos o removidos de sus cargos, sino que ellos renunciaron, lo que deja los muchos casos impunes”.
Incluso, detalló, han documentado muy largos casos que duran hasta años y en los que los maestros, al paso de un tiempo, vuelven a matricularse con más horas frente a grupo, lo que amplía el riesgo de que las víctimas se sigan acumulando.