Crisis de seguridad, crisis de derechos

Dominó social

Distintos instrumentos normativos a nivel internacional y nacional, promueven incansablemente el reconocimiento de los Derecho Humanos, logrando que hoy en día sea una de las banderas de los ciudadanos en la individualidad, la búsqueda del respeto de sus derechos; sin embargo, la promoción de los derechos humanos colectivos parece ser deficiente, pues no solo existe una enorme violación de ellos, sino, incluso en la actualidad hay personas que aseguran desconocer la existencia de Derechos Humanos (DDHH) colectivos.

Dentro de estos DDHH colectivos encontramos la seguridad, el cual es una responsabilidad indelegable del Estado en cualquiera de sus niveles, puesto que la procuración y el respeto de este conllevan la protección de otros derechos como el de la libertad e incluso la vida.

Así pues, nuestra Constitución Política, considerada una de las más avanzadas del mundo en el reconocimiento de los DDHH, establece en el artículo 21 las bases de lo que concebimos como la Seguridad Pública, la cual busca prevenir, investigar y sancionar los delitos, siempre respetando los DDHH, pero, en papel suena muy bonita la definición y el objetivo de la Seguridad Pública de nuestro país, pero en las cifras, la realidad nos rebasa.

Tan solo el pasado lunes 16 de mayo a las 16:41 hrs, se llegó a la cifra histórica de cien mil un personas desaparecidas y no localizadas, esto de acuerdo con los propios datos de la Comisión Nacional de Búsqueda, esto representa que tan solo en las últimas seis décadas, un aproximado de 4 personas han desaparecido diariamente desde 1960; pero lo realmente preocupantes es que de acuerdo con los datos de la misma comisión 8 de cada 10 desapariciones ocurrieron desde 2006.

Lo más preocupante aún es que, de dicha cifra, tan solo en lo que va del sexenio de López Obrador han desaparecido casi 32,000 personas, lo que demuestra que estamos hundido en una franca crisis de seguridad, y de violación a los DDHH individuales y colectivos.

Sí, el gobierno de “la esperanza de México” se ha ido desvaneciendo con cada desaparecido, no solo de los casos más sonados, si no, también, de esos que no se hablan, de los que, por la falta de recursos parece enterrar su ausencia.

¿Es responsabilidad de López y su gabinete? ¡sí!, ¿la responsabilidad es compartida entre los distintos niveles? También. No solo es cuestión de lanzarse la bolita unos a otros, porque sería un cuento de nunca acabar. Se trata de que los gobierno trabajen sin distinción de colores e ideologías, por una verdadera estrategia que nos garantice a nosotros, a los ciudadanos, la seguridad necesaria, para entonces sí, poder presumir a los cuatro vientos que contamos con una de las constituciones más avanzadas en el reconocimiento de los DDHH.

*IR

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