Tres años

El espejo de Venus

“Un arma. Disparos. Un ataque certero, confusión; ayuda que no llega, revanchismos. Muerte. Dolor. Ausencias. Todo en torno al comercio informal.

Los dirigentes de la Agrupación Sindicatos Unidos “Nueva Generación” (FSUNG), Roberto Castrejón Calderón y el ex dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y empresario local, Jesús García, fueron asesinados la mañana de este miércoles en pleno centro de Cuernavaca, por un sujeto solitario que acciono un arma de fuego en contra de los dirigentes sociales.

Otro joven y un camarógrafo (Rene Pérez) que cubría una movilización de comerciantes ambulantes, registrada previamente en torno a la sede del Poder Ejecutivo Local, resultaron también lesionados por impactos de bala.

Tras una persecución y al quedarse sin balas en su arma 9mm con que repeler a la policía; el ejecutor, fue detenido a unas calles del lugar de los hechos.  Según las autoridades se trata de Maximiliano “N”, con domicilio en la colonia Carolina de Cuernavaca, con antecedentes penales en el 2015 y 2016. De inicio, se le vincula con grupos delictivos.

El atacante, un hombre, vestido de pantalón de mezclilla, con gorra y sudadera negra, disparo primero contra el joven dirigente de la Agrupación Sindicatos Unidos “Nueva Generación”, Roberto Castrejón y, posteriormente, disparo contra el empresario Jesús García, quien al escuchar las primeras detonaciones, corrió a resguardarse con los reporteros que entrevistaban en ese momento, al Secretario de Desarrollo Social, Gilberto Alcalá. En su huida, disparo contra un camarógrafo…

Así comienza la narración de lo que vivimos ese miércoles, 8 de mayo en el centro de Cuernavaca y que publicamos en La Jornada Morelos. Nosotros lo detallamos con letras y Margarito Pérez Retana lo hizo con la certeza de su cámara. Su cobertura fue única, una foto que dio la vuelta al mundo. Mónica González y Tirza Duarte lo vivieron también, desde sus ángulos muy particulares. Quien escribe, en primera fila. Después de ese día, nada fue igual. Nuestros temores e inseguridades afloraron. Muchos, nacimos otra vez.

De ese día del  violento ataque perdieron la vida Roberto Castrejón Calderón y Jesús García Rodríguez, y  resultaron heridos Rafael Hassiel Castrejón Calderón y el camarógrafo, René Pérez. Muchos más (ellos y ellas, amigos y desconocidos) no registraron agresiones físicas, pero si hubo un daño grupal del que aún no nos sobreponemos: Seguimos viviendo en un Morelos donde la inseguridad va en crecimiento.

Mientras que los reporteros corremos hacia la noticia, nos caemos y buscamos evitar las balas; ellos, los funcionarios, buscan escabullirse de la responsabilidad, salen corriendo de las situaciones críticas, tal y como lo hizo en su momento Gilberto Alcalá… y muchos otros funcionarios después, con declaraciones e investigaciones, que buscaban justificar su labor desde sus cargos.

Antes de cerrar este texto. Quiero compartir un mensaje de René Pérez, el camarógrafo que resultó lesionado, ubicado antes que yo, en la línea de disparo. Él nos dice: “Finalmente me gustaría agregar que no debemos de acostumbrarnos a la violencia, debemos de exigir a las autoridades que cumplan con sus principales funciones que son garantizar la seguridad y el acceso a la justicia. No nos hagamos insensibles ante el dolor ajeno y empaticemos con todas aquellas personas que lamentablemente también han sido víctimas de la violencia, así como sus familias”.

Y coincido con ello: No, no me acostumbro a la violencia, ni a sentirme amenazada. No me acostumbro al ruido de las balas, ni a ver a la gente que quiero lesionada. Ni a conocer que la lista de reporteros asesinados crece, no a la velocidad de los desaparecidos o de los feminicidios, pero si, con la misma intensidad que el dolor crece…

…y los corazones de muchos, quedaron  impactados. Es 8 de mayo”. La Jornada Morelos. 09 Mayo 2019. 

*IR