El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) promueve en pacientes con epilepsia y sus familiares el compromiso con apego estricto al tratamiento antiepiléptico en horarios establecidos y de forma sostenida durante por lo menos cuatro años. Con este protocolo, hasta 70 por ciento de las personas afectadas logran el control de su enfermedad al 100 por ciento, informó el director general, Pedro Zenteno Santaella.
En el marco del Día Púrpura o Día Mundial de la Epilepsia, que se conmemora el 26 de marzo, el titular del organismo exhortó a la población a combatir el estigma que prevalece sobre pacientes y sus familias, como pensar que tienen discapacidad mental o que son agresivos, las cuales son creencias sin fundamento. Por el contrario, señaló: “en las unidades médicas del instituto reconocemos su derecho a ser tratados con respeto, comprensión e inclusión social”.
La jefa del Servicio de Neurología del Centro Médico Nacional (CMN) “20 de Noviembre”, Lilia Núñez Orozco, informó que la epilepsia es el principal motivo de consulta en los servicios de neurología del Issste y afecta a 50 millones de personas en el planeta.
Precisó que el tratamiento es a base de fármacos que modifican la funcionalidad de las neuronas y frenan las descargas eléctricas anormales. “Estos se absorben, circulan, actúan en el cerebro y se eliminan”.
Para que se mantenga una concentración constante de estos medicamentos en el cerebro, se requiere una siguiente dosis de acuerdo con la velocidad de eliminación, de ahí la importancia de ingerirlos a tiempo, por lo menos cuatro años después de la última crisis, puntualizó.
La neuróloga del Issste orientó sobre cómo ayudar a una persona con ataque epiléptico, tras caer al suelo y convulsionar:
• Mantener la calma. Despejar el área de objetos con los que se pueda golpear.
• No intentar parar los movimientos porque se le puede causar luxaciones.
• No meter ningún objeto a su boca.
• Protegerle la cabeza con una prenda doblada y colocar a la persona de lado para que pueda respirar mejor, y por gravedad salga de su boca el exceso de saliva y flemas que produce durante la crisis.
• Observar la secuencia de cómo se dio la crisis, en qué extremidad inició, de qué lado, qué partes del cuerpo involucró y cuánto tiempo duró; información importante para su manejo médico.
• Una vez que pasa la crisis permitir que la persona se recupere.
Explicó que la epilepsia es una enfermedad cerebral crónica no transmisible, caracterizada por un desarreglo eléctrico en el cerebro. Provoca un cortocircuito de manera espontánea que da lugar a crisis epilépticas con diversos síntomas desde leves y sutiles, hasta graves y aparatosos.
El ataque generalizado tónico clónico es el tipo de crisis más conocida, como la descrita anteriormente, aunque no la más común, donde la persona pierde la consciencia, puede emitir un grito, se pone rígida y se sacude de las cuatro extremidades.
Las crisis epilépticas varían y dependiendo de la zona del cerebro donde se produce el cortocircuito son los síntomas. Pueden ser motores, percepción de olores y sensaciones o instantes de ausencia, entre otros.
Existen múltiples factores que pueden causar epilepsia como: genéticos, malformaciones del desarrollo del cerebro que suceden durante la gestación, secuelas de infecciones padecidas en edades tempranas, golpes en la cabeza que dejan lesiones con cicatrices y un grupo de epilepsias de causa desconocida.
Mientras más temprano sea el tratamiento y con mejor efecto el control, la persona tiene un pronóstico mejor, concluyó la especialista.