Reclaman familias de desaparecidos el cierre del CNIH
El cierre del Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH), primero en su tipo a nivel nacional, instalado en Xochitepec, representa un grave revés para las familias que buscan a personas desaparecidas, quienes reclaman explicaciones y saber el destino de las más de tres mil 500 muestras genéticas en proceso de análisis.
Para Angélica Rodríguez, vocera del colectivo de familiares que buscan personas desaparecidas Regresando a Casa Morelos, el cierre de Centro significa un duro revés a la esperanza de personas que llevan lustros buscando a sus familiares, incluso en fosas clandestinas, y que podrían ser identificadas en el Centro Nacional.
Y es que ahora, personal, equipo, software y recursos económicos donados de organizaciones internacionales, así como las más de tres mil 526 muestras genéticas en estudio han quedado a la deriva, refiere Angélica Rodríguez. Habían sido enviadas para su análisis a Guatemala, 394 de las cuales estarán listas en abril y se desconoce a qué laboratorio llegarán ahora en nuestro país y dónde tendrán que buscarlas.
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El gobierno federal canceló el proyecto, y en Morelos al mandatario Cuauhtémoc Blanco Bravo no le interesó mantenerlo, tampoco invertir recursos para que siguiera operando un Centro Nacional de Identificación Humana, ni siquiera hacer las gestiones para impedir su desaparición... Nada. Tampoco aportó recursos suficientes para una campaña de promoción para que la gente acudiera a ofrecer sus muestras genéticas, porque la promoción, y esa sí millonaria del mandatario, está enfocada en su imagen.
El CNIH para las familias representaba la esperanza de identificar a sus familiares desaparecidos, mediante modernos procesos, después de la búsqueda por todo el suelo morelense, plagado de fosas clandestinas, convertido en un enorme camposanto, porque en la mayoría de los municipios se han detectado entierros irregulares y no se duda que en cada localidad haya al menos uno.
Rodríguez Monroy refiere que de las cinco direcciones que integraban el CNIH, sólo quedan tres. Desaparecieron las que tienen que ver con genética y análisis post mortem, y seguirán en activo –no se sabe dónde- las de investigación, recuperación, confirmación e identificación. Por lo que hace al personal, conformado por especialistas en genética, pero también por administrativos y operativos, eran alrededor de 50 personas, de las cuales sólo quedan 20, que serán removidas a la capital del país o a otras entidades para prestar sus servicios.
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Las explicaciones que tendrán que ofrecerse, tanto del gobierno federal como del estatal, a los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, como Regresando a Casa Morelos, refiere Angélica Monroy, tienen que ver tanto con recursos económicos como materiales. Se tienen datos de que España donó cinco millones de pesos, que se desconoce en qué se emplearon. Guatemala donó equipo de software, el denominado EMFASYS, para la investigación, lo mismo que la Organización Internacional en Genética, son grupos internacionales que también aportaron equipo de cómputo.
“El laboratorio de genética se veía muy bonito… En maqueta. En la realidad nunca funcionó. Cuestionamos qué pasaba y se nos dijo que sí estaba funcionando, pero que se estaba privilegiando la atención a otros estados con mayor problemática de desaparecidos”, destaca Rodríguez Monroy.
Lo único que queda en el Centro Nacional de Identificación Humana son los árboles que sembraron las familias de desaparecidos, cuando fue inaugurado. Las promesas tanto del Presidente como del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo terminaron en un engaño para calmar a los colectivos de búsqueda de personas, porque en los hechos, refiere Angélica Rodríguez, el inmueble y el predio ya fueron devueltos al dominio del gobierno estatal desde el uno de febrero, en que no se renovó el comodato, porque tampoco al gobierno estatal le interesó mantener el Centro para apoyar a las familias de personas desaparecidas.
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Del Centro Nacional, que sería pionero en el país y un ejemplo a nivel internacional, sólo queda el recuerdo al evocar en las maquetas tanto de lo que pudo ser, como el engaño y fracaso que terminó siendo.
Pero para los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas, la lucha por localizar e identificar a sus seres queridos, ese trozo de alma extraviado que habita en sus corazones, sigue adelante… Muy a pesar de la indiferencia de las autoridades.
