La contrarreforma energética
La reciente iniciativa de reforma constitucional en materia energética en México, ha generado argumentos a favor y en contra, pero sobre todo usted tiene la mejor opinión. Esta reforma de acuerdo a su exposición de motivos, busca restablecer aparentemente el control público sobre sectores estratégicos como Petróleos de México (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pues la reforma tiene sus raíces en la necesidad de revertir las políticas “neoliberales” implementadas durante el sexenio antepasado que abrieron el sector energético a la inversión privada. ¿Eso fue algo bueno o malo a 11 años?, tenemos que consultar los datos duros: la reforma energética de 2013, tuvo resultados mixtos en términos económicos y de inversión. Por un lado, la apertura del sector energético a la inversión privada atrajo capital extranjero y fomentó la competencia, lo que llevó a una modernización de la infraestructura energética y a una mayor producción de petróleo y gas. Es decir, el Estado no contaba con suficientes recursos para la modernización y planeación energética de este país, por eso la “abrió” a la inversión privada, e inclusive extranjera pues antes era imposible hacerlo de acuerdo a la constitución. Recordemos que uno de los pilares de la misma antes de esa reforma, era la propiedad exclusiva del estado de todo lo que se encontrara en el subsuelo en petróleo y gas a través de PEMEX. Así mismo el monopolio energético en la generación, transmisión y distribución eléctrica a través de CFE, es decir como actualmente se pretende revertir. Por otro lado, quedó a “deber” en la reducción en los precios de electricidad y gas, para los consumidores. Por otro lado, la dependencia de la inversión privada generó preocupaciones sobre la soberanía energética y la capacidad del Estado para regular el sector de manera efectiva. Lo cierto es que como nunca antes, hubo varias zonas del país donde no hubo suministro eléctrico, ¿le parece bueno?.
Le explico, antes de la iniciativa la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos permitía la participación privada en la generación y distribución de energía eléctrica a través de la Ley de la Industria Eléctrica de 2013. Esta ley fue parte de la reforma energética de hace ya dos sexenios que buscaba atraer inversión extranjera y modernizar el sector energético de acuerdo a su exposición de motivos, creaba varios organismos que regulaban dicha actividad. Fue lograda en ese entonces mediante el “pacto por México”, que “cabildeó” la reforma con todos los partidos políticos, no sin antes hacer notar los señalamientos de corrupción en los legisladores en ese momento.
Analicemos la iniciativa de reforma en materia energética, propone los cambios a los siguientes artículos de la Constitución que se resumen: A) Artículo 25. Se modifica para que las empresas productivas del Estado, como PEMEX y la CFE, vuelvan a ser consideradas empresas públicas del Estado. Esto es, dejan de ser empresas productivas del Estado, y por ello ya no contarían con la misma igualdad de los privados. B) Artículo 27. Se establece que no se otorgarán concesiones para la explotación de litio y se refuerza la prioridad de las empresas públicas en la industria eléctrica. C) Artículo 28. Se especifica que ciertas funciones del Estado, como la explotación del litio y el servicio de internet, no constituirán monopolios. Lo anterior permitiría entonces una predominancia de las empresas públicas a las privadas, y por ello se cambiarían las reglas del juego previamente establecidas en la Constitución hace 11 años. ¿Le pregunto, cree usted que las empresas privadas les gustará esto?, ¿no cambian las reglas negociadas del tratado de libre comercio México, Estados Unidos y Canadá, quienes fueron las mayores inversores privados en esas materias?. Estos cambios buscan de acuerdo a la iniciativa, fortalecer la soberanía energética del país y garantizar que los servicios públicos se proporcionen al menor costo posible. En esencia, la reforma enfatiza la soberanía energética del país, garantizando que los hidrocarburos en el subsuelo sigan siendo propiedad de la Nación. Se busca de acuerdo a ello, un sistema competitivo que permita reducir los precios de la electricidad y el gas natural, beneficiando a los consumidores. Aunque la transición hacia energías limpias no está claramente definida en el texto final, se espera que el Estado juegue un papel crucial en este proceso, sin embargo, la política energética del sexenio pasado no dio muchos signos de ello, esperemos avances decididos.
Los defensores de la reforma argumentan que restablecer el control estatal permitirá una mayor regulación y control sobre los recursos energéticos del país, garantizando que los beneficios económicos se distribuyan de manera más equitativa. Además, se espera que la reforma contribuya a la transición hacia energías más limpias y sostenibles, al priorizar el uso de recursos nacionales. Por otro lado, los críticos de la reforma sostienen que cerrar el sector a la inversión privada podría frenar la innovación y la eficiencia en la producción de energía. También se argumenta que la falta de inversión privada podría llevar a una menor competitividad y a un aumento en los costos para los consumidores.
En conclusión, la iniciativa de reforma constitucional en materia energética en México es un tema complejo y controvertido, pues ni más ni menos es regresar al anterior esquema estatista, ¿cree usted que es bueno?.