Ratificación si
Sin duda el ejercicio de revocación de mandato o rarificación del mismo, debería ser una extraordinaria oportunidad para la oposición a la 4T para terminar con el mandato del Presidente de la República y mandarlo a descansar a su rancho antes de tiempo o de juzgarlo por las tropelías cometidas según ellos mismos.
Pero en lugar de hacer lo que la lógica mandata están pidiendo a sus correligionarios y a todos los opositores a la 4T que no acudan a las urnas a emitir el sentido de su voto. La estrategia de la oposición es de recular, ante la posibilidad de que a través de un derecho constitucional puedan terminar con lo que no quieren. Es evidente que saben que las posibilidades de que gane la revocación es remota o casi nula, el presidente será ratificado y tendrá que terminar su mandato para el que fue electo. Por ello y desesperados inventan una serie de justificaciones verdaderamente absurdas e infantiles, que solo ponen en evidencia su incapacidad y su falta de talento para organizarse.
Como ya lo mencioné en entregas anteriores, el ejercicio democrático que está en puerta es una extraordinaria oportunidad para hacer valer un derecho constitucional y hacerse escuchar, pero sobre todo para dejar un precedente importante para el futuro. Nadie sabe quién nos va a gobernar después de este extraordinario presidente y entonces la revocación o ratificación de mandato debe ser una herramienta valiosa para hacerse escuchar a la mitad de una gestión presidencial. Pero no solo eso, también debemos dejar constancia de una fiesta democrática para poder llevar a cabo el mismo ejercicio en otros ámbitos de la administración pública. Esta debe también aplicarse tanto a gobernadores, como a presidentes municipales, pero también debe aplicar en el legislativo y en el judicial, es decir, el poder del pueblo debe llegar a todos los niveles del gobierno.
Para que esto sea una realidad debemos cambiar nuestra cultura democrática. Estamos mal acostumbrados porque algunos políticos o líderes de opinión siempre intentan persuadirnos con mentiras y manipulan fácilmente nuestras emociones. Nos quieren hacer sentir culpables de todo y entonces nos condenan a pagar por sus negocios desde el ámbito público. Entonces ahora con un gobierno diferente, que se preocupa verdaderamente por los ciudadanos, que no busca justificar endeudamiento por problemas externos y que fomenta la participación ciudadana en temas que son de importancia ciudadana es necesario apoyar estos procesos y no hacer eco de quienes pretenden recuperar sus espacios de poder para seguir haciendo negocios a costa del erario público y en detrimento del pueblo de México.
A toda esta estrategia hay que sumarle las resoluciones tanto del INE como del tribunal electoral sobre la propaganda del gobierno, que forman parte de una estrategia que se denomina guerra jurídica, la cual utiliza la derecha conservadora en todo el mundo, cuando notan que avanzan los gobiernos de izquierda. Es el caso en nuestro país cuando ambas instancias intentan detener un derecho de quienes están como parte del ejecutivo, al determinar que fomentar la participación ciudadana es un delito. Esta estrategia consiste en el uso excesivo e ilegal de las instancias judiciales nacionales e internacionales, haciéndolo parecer legal, con el objetivo generar repudio popular y desprestigiar a un oponente. Eso están haciendo los órganos electorales abusando de sus facultades y extralimitándose para ir en contra de un gobierno que se propone transformar lo que está mal.
Por ello les preocupa tanto que la popularidad del presidente quede manifiesta este próximo 10 de abril. Para nosotros los ciudadanos debe ser una obligación asistir a la urna a depositar nuestro voto, que la popularidad del presidente se manifieste en una fiesta democrática y que más de 30 millones de ciudadanos refrendemos ese apoyo. Esa será una buena lección para la derecha conservadora de nuestro país. Por ello salgamos a votar este domingo 10 de abril como ciudadanos responsables de nuestro bienestar, demostremos que sabemos discernir qué es lo que más nos conviene y que gane México a pesar de sus enemigos. Somos más los que queremos prosperidad colectiva que los que quieren hundir el barco. Por esto ratificación ya.
*IR