En la sociedad del siglo XXI, el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es imprescindible en todos los ámbitos, debido a que los cambios y las necesidades que demanda el mundo actual son distintos a los de hace apenas dos decenios. La educación en México ha avanzado a pasos agigantados y las generaciones actuales actúan basadas en su nativismo digital por lo que es usual que niñas, niños y jóvenes, adquieran conocimientos por adelantado a través de utilizar los medios de comunicación electrónicos (con conectividad) a su alcance para aprender todo aquello que no se enseña en los espacios áulicos. Ante este escenario, es necesario preguntar, ¿qué tanto están preparados en el uso de las TIC, las y los docentes para las transformaciones que demanda el sistema educativo nacional?, la respuesta la tiene cada integrante del gremio magisterial de nuestro país. Las autoridades educativas federales y locales han sido omisas en brindar capacitación asertiva a las Maestras y Maestros (MyM) en temas del uso de las TIC en los espacios áulicos, situación que ha derivado en una debilidad y oportunidad de mejora para las y los mentores en la necesaria transformación educativa que necesita el país, para salir de los lastimosos resultados de las evaluaciones practicadas a discentes de la Educación Básica (EB) y de la Educación Media Superior (EMS), donde su desempeño dista mucho de los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Lee también: La educación, el imperio de la razón
El Big Data, es un conjunto de tecnologías que han sido desarrolladas para recopilar, analizar y gestionar los datos que generan los usuarios de Internet. La idea principal es recolectar los datos masivos que son generados en "bruto" y procesarlos para generar patrones u otro tipo de comportamientos para coadyuvar en la toma de decisiones asertivas. En la actualidad, es muy común que se ocupe Big Data en la salud, los deportes, la minería, la seguridad de la información, las tecnologías, y en cualquier iniciativa, pública y privada, que desee obtener resultados que les permitan crecer en un plan a corto, mediano y largo plazo. No obstante, la educación ha quedado rebasada y en la actualidad, son pocos los instrumentos que se ocupan en las escuelas para identificar a partir de los indicadores, las oportunidades para disminuir la deserción y mejorar la aprobación de las y los discentes. Es un analgésico administrativo casual, curar la salud del proceso educativo en las reuniones del Consejo Técnico Escolar, donde se busca justificar el día con todo, menos con instrumentos asertivos que busquen la mejora de la calidad de la educación. Menester y justo es decir, que de esto no tienen la culpa las MyM, sino las autoridades que difícilmente alcanzan a ver más allá de lo que sucede en sus oficinas y su escritorio en particular, conectándose desde su computadora y girando instrucciones a distancia en modo de virtualización. He ahí, el resultado de una política pública en temas educativos zigzagueante y acomodaticia.
Te puede interesar: Los riesgos de la educación en el 2022
La conveniencia de preguntar sí realmente usamos las TIC, cobra relevancia en virtud de que los resultados académicos de los programas educativos son muy bajos, y la implementación del uso de tecnologías en los espacios áulicos es precario en la gran mayoría de las escuelas. En este sentido, ante una gran vitrina de oportunidades y soluciones tecnológicas existentes en la nube (internet), resulta increíble el alejamiento y distanciamiento de la educación con la tecnología, como agua y aceite, con estudiantes nativos digitales y con un gremio magisterial alejado del uso de las TIC de forma profesional. Preciso registrar, que aquellas MyM que destacan por el uso de tecnologías de uso común como Facebook, Twitter, WhatsApp o Classroom, se han formado de manera autodidacta, mientras que son los menos quienes dominan manejadores de contenidos, repositorios digitales o quienes realizan transmisiones en vivo para hacer masiva la comunicación a todos sus estudiantes con las clases registradas en línea, para las y los alumnos que desean posteriormente observar la clase por la marginación digital y de pobreza de las que son víctimas.
Resulta, para el que escribe, una muy buena estrategia que para las y los docentes que ingresan al magisterio se les evalúe con un curso de habilidades digitales, ya que ello permitirá que la educación mejore, al menos desde los perfiles profesiográficos y de preparación. No obstante, no sólo es necesario conocer y saber utilizar las TIC sino además, poder diseñar estrategias didácticas centradas en la virtualización de los aprendizajes para poder atender situaciones de contingencia, tales como terremotos, inundaciones o nuevas y potenciales epidemias a futuro. Si no se prevé este tipo de mecanismos educativos y se evalúa la historia, seguramente seguiremos cometiendo los mismos errores y los resultados seguirán siendo los mismos, como lo afirma la frase icónica de Rita Mae Brown, malamente atribuida a Albert Einstein: "Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes".
Conclusivamente, el que redacta estas líneas se pregunta, ¿cuándo será el tiempo de que las autoridades educativas tomen en serio la capacitación magisterial, que dicho sea de paso, es obligación patronal?, ¿dejaremos pasar la oportunidad de potenciar a los nativos digitales en un sistema educativo sin evolucionar en la práctica desde hace varios años?, salvo las acciones ingentes del CEN del SNTE por la defensa de los principios filosóficos del Artículo 3ro. Constitucional, ¿la Sección 19 del SNTE jugará su papel en la obligación bilateral o solo seguirá cuidándole las espaldas a la autoridad educativa ante sus constantes atropellos y humillaciones al gremio magisterial?
“Miserum aliunde sapere” ("Es miserable que nuestro saber dependa de otros”), ¿no lo cree?, amable lector(a).
Como siempre se afirma, el que hace el candado … hace la llave.