Ardua tarea de preparación para destacar en torneos locales, estatales y regionales, para después dar el salto y brillar en los campeonatos Panamericanos y mundiales, obteniendo medallas para México y nuestro estado. Él es Narciso González, quien incluso participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona, España, en 1992.
Y lo hizo como un gran atleta dedicado al boxeo, obteniendo galardones internacionales, que ahora, en las justas olímpicas particularmente, brillan por su ausencia... Por la falta de apoyo.
Material humano y de calidad existe y no sólo para el boxeo, considera. El problema es que hay muy pocas instalaciones deportivas, por una parte, porque incluso refiere que las públicas tienden a ser privatizadas. Sin embargo, no es solo eso: faltan apoyos económicos para que los deportistas abracen su actividad de tiempo completo, porque además tienen que trabajar para sostener su carrera como atletas y sus estudios.
El deporte podría constituir una mejor alternativa para que los jóvenes encuentren su realización alejados de actividades nocivas. Y, sin embargo, afirma, a pesar de que se empiece a destacar, se escatiman los recursos para viáticos si se participa en torneos, porque se tiene que regatear y pelear por el pago de comidas, hospedaje. Falta que las autoridades se tomen en serio el deporte. Y después de la gloria, de brillar en torneos internacionales, qué puede venir para un atleta, se le cuestiona.
Muchos se dedican a otra cosa y viven del recuerdo. No obstante, el amor de Narciso González al deporte lo ha llevado a convertirse en entrenador de box en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), donde sigue impulsando la disciplina, la pasión por el deporte, el aprendizaje del triunfo... Y de la derrota.
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