El Día de Muertos una de las acciones más representativas es la ofrenda, la cual consta de colocar varios alimentos sobre la mesa llena de coloridos papeles, la comida es la que más le gustaba en vida a los seres queridos, por ello el comer todo lo que está colocado no es malo, pero si ayuda a eliminar el desperdicio.
La comida es uno de los componentes más significativos de las ofrendas, ya que, según las creencias, los difuntos regresan al mundo terrenal para disfrutar nuevamente de sus platillos favoritos. Entre los alimentos más comunes que se colocan en las ofrendas se encuentran las enchiladas, el mole, el pan de muerto, y dulces como el de calabaza y tejocote. También se incluyen frutas como la mandarina, caña y guayaba.
El papel picado, los inciensos, las velas y el agua son otros elementos esenciales que adornan las ofrendas, creando un ambiente de bienvenida para los espíritus. Estos objetos no solo embellecen el altar, sino que también tienen significados simbólicos que enriquecen la experiencia espiritual de la celebración.
Una vez que el Día de Muertos ha pasado, surge la pregunta sobre el destino de los alimentos que han estado en las ofrendas. Aunque algunos optan por consumirlos, otros prefieren compartirlos con familiares y amigos, o incluso donarlos a quienes lo necesiten. Esta práctica no solo evita el desperdicio, sino que también extiende el espíritu de generosidad y comunidad que caracteriza a esta tradición. Sin embargo, ¿estos alimentos se deberían comer?
¿Se pueden comer los alimentos de la ofrenda?
En términos generales, no tiene nada de malo consumir los alimentos que se han puesto en la ofrenda. Incluso, es algo bueno tomando en cuenta que la misma comida que se coloca suele ser tirada la basura cuando se levanta la ofrenda.
Sin embargo, también hay personas que aseguran que esto no se debe hacer y esta es la razón. Para fines prácticos, los alimentos no se pueden ingerir por las diferentes creencias que existen. Una de las más conocidas es que la comida puesta en la ofrenda pierde su sabor.
Se cree que cuando los difuntos llegan a su hogar le quitan el sabor y aroma a los platillos. Otro de los pensamientos se dirige más a términos de respeto, ya que se piensa que los alimentos no deben ser ingeridos porque es una falta de respeto hacia los difuntos.
Pese a esto, existe una razón por la que no debes consumir estos platillos y se debe a la exposición de los mismos. Los platillos colocados en las ofrendas suelen estar expuestos al aire libre y pueden ser propensos a desarrollar gusanos o atraer insectos. Así mismo, la durabilidad de la comida suele ser corta al no estar refrigerada y consumirla podría generar alguna enfermedad en las personas.