En tiempos rotos la historia se hace presente y nos permite reunir fragmentos para construir nuevas perspectivas en las luchas de los pueblos. De la primera revolución socialista en 1917 a la amenaza de guerra nuclear actualmente por los ataques de Israel a Palestina, Líbano, Siria, Yemen e Irán así como de Rusia a Ucrania, pareciera mediar no solamente más de un siglo, sino todo lo que significa en la destrucción de vidas humanas y del colapso ecosocial que estamos viviendo actualmente. Dimensionar la situación internacional para sacar las conclusiones de la lucha local nos permite valorar todos los esfuerzos y dedicación de organizaciones independientes para no dejarse someter a los dictados de la desesperanza y el sometimiento a los poderes del capital en cualquier lugar del mundo. Ni pesimismo que paralice, ni optimismo que impida reconocer las dificultades que enfrentamos. Que el pesimismo de la razón sea para fortalecer el optimismo de la voluntad, para pensar, sentir y actuar con la conciencia organizada que nos fortalece colectivamente.
Al cumplirse un año de la barbarie genocida que lleva a cabo el gobierno sionista de Netanyahu en Israel contra el pueblo palestino en Gaza, ahora extendido a Cisjordania, Líbano y a Irán, vemos como crecen las protestas y movilizaciones en todo el mundo, exigiendo un alto a la invasión militar y el retiro inmediato de los soldados que diariamente cometen masacres de niñas, niños, ancianos, enfermos en hospitales y refugiados que mueren de hambre y son bombardeados cuando realizan filas para obtener un pedazo de pan.
Así como los organismos internacionales han emitido resoluciones condenando a Israel por los crímenes de lesa humanidad, se han estado reuniendo miles de firmas para demandar la ruptura de relaciones del gobierno mexicano con Israel, un país que protege a Tomás Cerón de Lucio, acusado de haber participado en torturas para construir una mentira histórica sobre lo ocurrido con los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, y provee de tecnología como el programa “Pegasus” para espiar y perseguir a organizaciones y personas defensoras de derechos humanos.
En nuestras reuniones preparatorias para el XIV Congreso Mundial de la IV Internacional que se llevará a cabo en 2025, retomamos los documentos de análisis que muestran la gravedad de la situación internacional: “Un ataque imperialista a todo Oriente Próximo. La guerra contra Palestina abre un nuevo capítulo en la historia. Se trata de un genocidio llevado a cabo por Israel con el apoyo activo de Estados Unidos y el respaldo activo o la complicidad de muchos otros Estados.
De los 2,4 millones de palestinos de Gaza, 1,9 millones, es decir, el 86% de la población, han sido desplazados internamente. De los más de 41.000 muertos que han sido identificados, el 40% son mujeres y niños, y la realidad de la matanza se sitúa entre 150.000 y 200.000 muertos, es decir, alrededor del 10% de la población de Gaza. Mediante el asedio a la población del territorio sin alimentos ni ayuda y sus muchas otras violaciones del derecho internacional, Israel está demostrando que su objetivo es la reconquista colonial de la Franja de Gaza.
Se trata de un ataque y una amenaza contra todos los palestinos y la mayoría de la población de Oriente Próximo, que tiene importantes implicaciones tanto para la región en su conjunto como para la geopolítica mundial.
Los ataques de Israel en Líbano en septiembre de 2024 representaron una nueva etapa en la guerra: varios centenares de personas murieron por ataques indiscriminados y bombardeos masivos, y decenas de miles huyeron del sur del país. El 27 de septiembre se produjo el asesinato del secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, y de varios de sus dirigentes, completando lo que resultó ser una decapitación sistemática de la organización tras haber saboteado su red de comunicaciones.
Posteriormente, ha quedado claro que el foco del ataque militar y político de Israel se ha desplazado de Gaza al sur de Líbano, es decir, a las zonas de ese Estado donde Hezbolá tiene su base, así como los intentos de cambiar el enfoque propagandístico al presentar a Irán como la principal amenaza para el llamado mundo civilizado. De hecho, Netanyahu ha estado llevando a cabo "incursiones militares limitadas" en esta zona desde noviembre de 2023, pero ahora una parte clave de sus maniobras consiste en ganarse el apoyo militar y político de Estados Unidos en una situación en la que la Casa Blanca tiene menos peso en la situación en vísperas de las elecciones.” (fragmento de documentos para el Congreso Mundial)
En éste sentido, hay que destacar que nueve sindicatos mundiales, que cuentan con miembros en más de 160 países y representan a 207 millones de trabajadores y trabajadoras, han interpuesto una denuncia contra el Gobierno israelí por las flagrantes violaciones del Convenio sobre la protección del salario, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La denuncia pone de relieve las obligaciones de las autoridades israelíes de reparar y remediar toda una serie de abusos, en particular el no pago de salarios y la retención de prestaciones a más de 200.000 trabajadores palestinos empleados en Israel.
Estos abusos han supuesto pérdidas de ingresos por valor de millones de dólares, provocando una grave inseguridad financiera, dificultades económicas, privación de servicios básicos y penurias generalizadas a los trabajadores afectados y sus familias, que carecen de acceso a recursos judiciales.
Presentada el 27 de septiembre de 2024, en virtud del artículo 24 de la Constitución de la OIT, la reclamación conjunta detalla las condiciones abusivas que padecen más de 200.000 trabajadores palestinos de Cisjordania y Gaza empleados de manera formal o informal en Israel en el momento del ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023. Estos trabajadores han sido víctimas de un robo salarial generalizado debido a la suspensión de los permisos de trabajo y a la rescisión unilateral de sus contratos.
Hoy a un año del inicio del genocidio es necesario detener el horror. Que nada humano nos sea ajeno.