Venezolanos en Morelos exigen que se reconozca triunfo de Edmundo González

Familias rotas, fuera del país, represión y la lucha por la libertad

La comunidad venezolana en Morelos exige que se reconozca el triunfo de Edmundo González y el fin de la que denominan la dictadura de Nicolás Maduro, pues mientras ellos señalan tener las actas que demuestran la victoria, el aún presidente no las ha dado a conocer.


Un país rico en petróleo, en oro y recursos naturales se ha reducido a la pobreza y la represión, con familias diseminadas en distintas naciones, pero conservando la esperanza de regresar a una Venezuela libre y trabajando unida por el progreso.


Sin embargo, en tanto eso ocurre, las manifestaciones en Venezuela, la represión, jovencitos que desde los doce años de edad son encarcelados por gritar y exigir libertad. Familias que prefieren el autoexilio, como la doctora que ya radica en nuestro Morelos desde hace tres años y nos dice que uno de sus hijos vive en Praga, otro en Perú y uno más que ha decidido quedarse en México.


Explican el funcionamiento de su sistema electoral y de votaciones, y muestran las actas que para ellos demuestran que Edmundo González ha triunfado, en tanto que Nicolás Maduro ha sido proclamado presidente por el Tribunal Supremo de Justicia, aunque no haya mostrado la documentación respectiva, al cumplirse un mes de los comicios.


La comunidad internacional se ha pronunciado también con respecto a los resultados; la Organización de Estados Americanos ha reconocido el triunfo de Edmundo González, como los países hermanos. México, en voz del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que solo reconocerá el triunfo de Maduro cuando dé a conocer las actas que lo demuestren.


La Comisión Interamericana de Derechos Humanos también tiene conocimiento de las represiones, de los presos políticos, de la gente que ha tenido que salir del país por miedo a la que denominan dictadura.


México los ha abrazado con amor. Gente muy amorosa, así nos definen, particularmente a los cuernavacenses, que tiene los brazos abiertos. "México es mi padre, pero no olvido a mi madre, que es Venezuela", nos dice la doctora, conmovida.


Personas de profunda fe que con oraciones espera derrocar la que llaman dictadura, en tanto la comunidad internacional se limita a las condenas y rechazo al que llaman represor autoritario. Pero sin ir más allá. 


No quieren más sanciones económicas que solo lastiman al pueblo y no al mandatario que se sirve con la cuchara grande. Y, por encima de todo, el sueño, la oración y la fe, junto con la esperanza de volver a una Venezuela libre.

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