El enfoque de género en el derecho conlleva reconocer y proteger las diferencias entre las personas, ya sea por su género o por los roles que asumen, y como esto repercute en su capacidad para ejercer y reclamar sus derechos. Pues es una herramienta indispensable para lograr la igualdad.
Ante esto es esencial entender que el enfoque de género no implica tratar a todos por igual sin considerar las desigualdades preexistentes, sino más bien reconocer estas diferencias y actuar en consecuencia para garantizar que todos tengan las mismas oportunidades y protecciones legales. Esto se traduce en políticas y leyes que promuevan la inclusión y la diversidad, así como en mecanismos efectivos para hacer valer los derechos de todas las personas, independientemente de su identidad de género. Es así que, surge la interrogante ¿Cómo el derecho de acceso a la información puede garantizar la igualdad en la perspectiva de género?
Primeramente es necesario establecer la relación entre estas dos vertientes, y es que el acceso a la información juega un papel crucial en la promoción de los derechos de género al permitir que las personas accedan a datos, estadísticas y conocimientos relevantes sobre temas relacionados con la igualdad de género. Además implica considerar cómo las desigualdades de género afectan el ejercicio efectivo de este derecho. Por ejemplo, las mujeres y otros grupos marginalizados pueden enfrentar barreras adicionales para acceder a la información debido a restricciones sociales, económicas o culturales.
Por lo que el derecho de acceso a la información desde su ámbito debe garantizar en todo momento las condiciones necesarias para promover la igualdad y justicia, y para lograr tal cometido se deben adoptar medidas especificas en transparencia, esto para poder asegurarse de que las leyes y políticas cumplan con un rol en igualdad de género así como también permitir el empoderamiento y participación de las mujeres al tener mayor acceso a la información.