Morena para el pueblo

Vuelta a la izquierda

El fin de sexenio en Morelos está marcado por la traición de los propios diputados de Morena hacia los intereses de la transformación en el estado. Es evidente que priorizaron su ambición e intereses particulares sobre los de la mayoría, así fue su desempeño durante los 3 años en que formaron parte de la legislatura actual. Son 3 particularmente los señalados: Alejandro Martínez, Paola Cruz y Macrina Vallejo.
Las dos diputadas y el diputado no son compañeros de lucha desde un principio en Morena, son personajes que llegaron para obtener un beneficio personal y lo consiguieron. Ninguno de ellos ha participado en alguna lucha social que los caracterice de origen. En su desempeño en la legislatura actual tampoco tienen alguna característica relevante, ni en términos legislativos y menos en términos sociales, es decir, la única situación que puede ser subrayada es el hecho de enriquecerse al amparo del poder y saciar sus intereses personales sin límite.
La principal característica de la fracción parlamentaria de Morena en el Congreso de Morelos ha sido la división, marcada fundamente por situaciones de índole personal y no político. La falta de amalgamiento interno a partir de una línea política definida ha brillado por su ausencia, lo que es un claro indicio de que el partido no existe. 
Desde siempre quien es el encargado de dictar la línea estratégica y política de una fracción parlamentaria es el partido, si esta falla las cosas caminan mal en un congreso. Esa es la razón principal de que la fracción parlamentaria de Morena sea un fracaso, las diputadas y diputados hacen lo que quieren y no pasa nada. Eso pone en evidencia que en Morelos no hay partido, este carece de dirección política y no tiene estrategia para nada. 
Por ello, hoy que llega una nueva legislatura es urgente y necesario renovar al partido. Pero renovar no significa cambiar a un dirigente por otro, significa que quien llegue a dirigir al partido, primero sea precisamente eso: dirigente, que tenga capacidad para dar dirección y generar una verdadera estrategia política que acompañe a sus legisladores para un desempeño acorde a los intereses del pueblo, que justamente para eso fue creado Morena. Que acompañe en el desarrollo de los planes del ejecutivo para el bienestar social pero que sea critico de las acciones que sean contrarias a esos intereses generales. Que sea precursor de una política de crecimiento verdadero de su militancia y que aproveche al máximo posible su instituto de capacitación para un mejor desempeño interno y externo. 
Esta es la tercera legislatura en la que ya participa Morena como partido y hasta hoy nunca se ha preocupado por encargarse de dictar las líneas políticas ni diseñar estrategias que permitan actuar acorde a lo que marcan sus documentos internos, ni a ninguna línea ideológica, pero tampoco ha tenido dirección de hacia donde debe de ir. Se actúa motu proprio y no se respeta un mínimo lineamiento porque no hay quien propicie una acción así. 
La presencia del partido debe notarse desde la designación de las personas que tendrán las candidaturas, que deben cubrir ciertos requisitos para que estos (cuando ya estén en la representación oficial) sean capaces de entender que se deben a una línea política-ideológica y la representación que ostentan debe ser acorde a ella. El problema es de origen, y se hace evidente en un Congreso pequeño como el de Morelos y si a eso sumamos que ningún partido cumple con ese requisito, tenemos legislaturas como la actual, como varias anteriores y esperemos que la que llega no sea similar. La constante es similar: intereses mezquinos, bajo nivel intelectual y poco conocimiento partidista, el conjunto de esos elementos hacen que las legislaturas se conviertan en cuevas de Ali Baba con muchos ladrones. 
Eso en Morena, eso es un error imperdonable porque la línea político-ideológica marca rutas que ninguna legislatura ha transitado. Hoy están en esa posibilidad, así que hay que hacerlo sin más, el pueblo lo requiere y lo reclama, no basta solo la buena intención de la gobernadora electa, es necesario pasar a la acción y ser contundentes de una vez por todas. Esta es la oportunidad para que las cosas sean distintas en Morelos, que no se vaya por una barranca de agua sucia esa posibilidad.

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