Que sea removido el Fiscal General Uriel Carmona Gándara porque no ha dado resultados. Y no me refiero solo al caso de la desaparición de mi hijo, sino en el de otras madres buscadoras que, hasta ahora, siguen sin saber el paradero de sus seres queridos. Esto lo afirma Alma Gisela Nieto, cuyo hijo cumplirá ya más de 13 años desaparecido, por lo que consideró necesario que la Fiscalía General esté encabezada por gente capaz y vocación de servicio para ofrecer resultados a los familiares de desaparecidos.
Uriel Carmona Gándara pide un helicóptero y más recursos, pero el hecho es que en todo el tiempo al frente de la Fiscalía, al menos a las familias de los desaparecidos, no nos ha dado respuestas, y cada vez somos más, refiere Alma Gisela, quien ha visto pasar años, junto con todos los que lleva de gestión Uriel Carmona Gándara, sin llegar a fondo, sin resolver ninguna las causas de los familiares de los desaparecidos.
Las madres buscadoras siguen, contra viento y marea, buscando a sus seres queridos, con los escasos recursos de que disponen, con los limitados apoyos y personal de que se les dota, para seguir las investigaciones en las fosas clandestinas, de las cuales, en Morelos, existen más de cien en más de la mitad de los municipios de la entidad, en los que se realizan trabajos de búsqueda de desaparecidos, que siempre se interrumpen sin resultados.
Y del Fiscal, Alma Gisela refiere: “Que lo remuevan. Que lo quiten definitivamente. Que venga otro que de verdad haga su trabajo como debe de ser, que sea apto, eficiente y capaz, no nada más que pida un helicóptero y más recursos”.
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Si de eso se tratara solamente, los familiares de los desaparecidos no solo pedirían un helicóptero, sino hasta un jet, para continuar la búsqueda de sus hijos, sobre lo cual el Fiscal no ha dado resultados, afirma. “Es fácil pedir, pero no hace bien su trabajo. Nosotros pedimos que nos apoyen en las fosas de Jojutla, en las de todas partes, porque hay infinidad de ellas no solo en Morelos, sino en todo el país. Es triste, pero desgraciadamente así es”.
Los años de búsqueda de Diego Armando han sido desgastantes: momentos en los cuales hay la esperanza de encontrarlo, otros en los que toda esperanza se pierde y se derrumba, junto en ella y su ilusión de volver a ver con vida a su hijo. Y no es menos desgastante la actitud de las autoridades, su falta de resultados, de al menos la empatía con su dolor.
Contiene las lágrimas, para expresar sin llanto: “Yo quisiera que algún día me dijeran que ya encontraron a mi hijo, porque las mamás tenemos la esperanza de encontrarlos vivos”…
Baja la cabeza cuando agrega con pesar: “Pero si ya no nos queda de otra, aunque nos duela, de alguna u otra manera, al menos para darles cristiana sepultura”…
En el ya cercano agosto, se cumple un año más de la desaparición de su hijo, y como en su cumpleaños, como en cada fecha fatal en que dejó de verlo para ya no saber de él, estará en el Memorial de los Desaparecidos para dar a conocer los avances que las autoridades le han informado sobre la búsqueda de aquel que constituye un trozo de corazón…