El Gabinete (Parte 2)

Política para mortales

La semana pasada, la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, anunció públicamente los nombres de algunos miembros más que conformarán su gabinete y, en esa presentación, replicó la línea que había seguido con los primeros seis nombramientos días antes. Eran personajes académicos, de bajo perfil, salidos mayormente de la UNAM y con una clara inclinación hacia la izquierda; eran los hombres y mujeres que conforman el nuevo gobierno; sin embargo, el día de ayer, esa línea se rompió y fueron presentados cuatro miembros más del gabinete que con su sola presencia gritan: “Acuerdo político y continuidad”.
Antes de ser anunciados, llegaron por la puerta trasera del Museo Interactivo de Economía MIDE: Omar García Harfuch, Mario Delgado y Rosa Icela, haciendo saber de manera indirecta a los medios, que serían nombramientos importantes. Con algunos minutos de retraso empezó la rueda de prensa y la primera en ser mencionada fue Rosa Icela, actual secretaria de Seguridad Pública; Sheinbaum, de manera rápida y sin mayor expresión, mencionó su nombre y dijo que ella sería la Secretaría de Gobernación.
Pausó un momento, para ver y calcular la admiración de los medios y, en segundo lugar, mencionó a Mario Delgado, quien será secretario de Educación Pública; después, presentó a Montiel Reyes (actual Secretaria del Bienestar) quien repetirá el cargo en la Secretaria del Bienestar y por último, mencionó a Omar García, y como muchos lo esperábamos, él se convertiría en secretario de Seguridad Pública, y así es.
Yo, debo admitir que algún día quiero trabajar en Secretaría de Gobernación -y espero no cerrarme puertas-, pero no coincido con los nombramientos hechos el día de hoy.
Claudia Sheinbaum, desde mi parecer, no será una Presidenta políticamente carismática, por lo que yo pensaría que el Secretario de Gobernación, debería ser un personaje político que sepa llegar a acuerdos, como no lo hará la habitante de Palacio.
Creo, además, que si algo ha fallado en este gobierno es la estrategia de Seguridad y darle más poder a la responsable de esa estrategia, es poner en riesgo la gobernabilidad del Estado, lo cierto es, que Rosa Icela, le ha servido a López Obrador y a Claudia y, quizá, tenga habilidades internas que yo no he podido ver.
Me preocupa también, que la Secretaría de Gobernación, pudiera ser para ella, una extensión de la Secretaría de Seguridad y, quiera imponer, a la fuerza, sus pensamientos e instrucciones.
No me gusta tampoco, que un ex líder partidista, sea hoy el encargado de la Educación Pública, cuando él no ha sido nunca maestro y no conoce las necesidades de las escuelas, -y además, carece del conocimiento básico de lo que significa la pedagogía.
Me preocupa profundamente que en su discurso inaugural, habló sobre las becas y el apoyo total a los maestros; porque pienso, que podría hacer de la Educación Pública, un bastión  para su partido, utilizando las becas y mediante ellas, fortalecer un padrón de maestros para fortalecer sus cuadros y así, convertir al partido en una máquina de ganar elecciones y, sería al costo de no crear un proyecto para las futuras generaciones del país.
Mi teoría se alimenta y suma con la resolución en la que ayer un juez le hace saber a Elba Esther Gordillo, quien por muchos años, manejó el magisterio y, hoy se sabe sin la menor duda, que ella tiene una millonaria deuda pendiente.
La repetición de la secretaría del Bienestar, es una muestra de que sin duda, de algo muy efectivo ha servido para los de este gobierno, los apoyos sociales.
Mientras, pese al ya esperado nombramiento de Omar García Harfuch, en cierto aspecto llama la atención y es que su poder se verá disminuido por la tendencia de este gobierno de militarizar la seguridad; Harfuch, no tendrá policía, pues la Guardia Nacional está en los brazos del Ejército y en su margen de acción, solo podrá integrar o intervenir en las estrategias de seguridad de los estados o ser el brazo armado y político de Claudia Sheinbaum.
Veamos, pues, que nombramientos nos esperan la próxima semana.

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