CEFERESO 16: modelo de muerte

Mirador 21

La situación que se está viviendo en el Centro Federal de Reinserción Social número 16 en Michapa, municipio de Coatlan del Río, es alarmante y pone en evidencia que algo malo está sucediendo en ese lugar. Desde el año pasado, inexplicablemente han muerto 12 mujeres internas y, en todos los casos, las autoridades han afirmado que se trató de suicidios. Sin embargo, las circunstancias que rodean estos sucesos plantean serias dudas sobre la versión oficial.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha emitido recomendaciones que cuestionan la versión de los suicidios y ponen en entredicho la actuación de las autoridades en este centro penitenciario. Además, medios de comunicación como Animal Político han documentado una intoxicación masiva ocurrida el año pasado, revelando las precarias condiciones en las que se encuentran las mujeres recluidas en el Cefereso 16.
El testimonio de Salvador Leyva, exsecretario técnico de Combate a la Tortura, Tratos Crueles e Inhumanos del Instituto Federal de Defensoría Pública, es perturbador. Describe un ambiente de opresión y despersonalización en el penal, donde las mujeres están aisladas, sin visitas, sin contacto con el exterior y sin actividades que les permitan mantener su salud mental y dignidad. La mayoría de ellas pasan la mayor parte del día en confinamiento, lo que sin duda tiene un efecto devastador en su bienestar emocional y psicológico.
Es evidente que algo no está bien en el Centro Federal de Reinserción Social número 16 y es urgente que se realice una investigación exhaustiva para esclarecer lo que realmente está sucediendo allí. La intervención de organismos internacionales puede ser necesaria para garantizar que se respeten los derechos humanos de las mujeres recluidas en ese lugar. Si bien han perdido su libertad, no han perdido su dignidad ni sus derechos fundamentales, que deben ser protegidos.
Es hora de poner fin al sufrimiento y la opresión que se está viviendo en ese penal, y asegurar que todas las personas privadas de la libertad sean tratadas con humanidad y respeto, independientemente de sus circunstancias. La justicia y la dignidad deben ser pilares fundamentales en cualquier sistema penitenciario.
Hoy estamos por comenzar una nueva etapa en el país con una mujer al frente del gobierno federal, Claudia Sheinbaum y con la primera gobernadora también, Margarita González, por lo que no esperamos menos que su intervención, primero para evitar que se sigan violentando los derechos de las internas y segundo para encontrar las causas de tanta muerte y tanto abuso y finalmente para castigar al o los culpables de esa lastimosa situación.

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