Por denunciar que hay corrupción con la exigencia de cuotas y cooperaciones en la primaria Rufina Rodríguez, de Jiutepec, fue removida de su cargo la profesora Ana Galicia Aguilar, quien afirmó que esa es la constante en la mayoría de las escuelas de la entidad: la petición de dinero a los padres de familia, de los que después no se rinden cuentas.
Culpó de su situación a la directora del plantel, Maricela Sánchez Zamora, y de represión al director de primarias, José María Merino, quienes, afirma, han solapado las irregularidades no solo en la escuela a la que pertenece, sino que esta problemática se presenta en todos los colegios de la entidad.
Agregó que igual suerte que la de ella siguen los maestros que se atreven a denunciar este tipo de irregularidades en sus planteles escolares. Conoce de más casos, pero los profesores afectados no le autorizan a dar sus nombres, porque ya están padeciendo las represalias, al simplemente dejarlas en el "limbo"…
Y es que, aunque tienen plazas, como es su caso, de profesora, se les retira del grupo, con las consecuencias que eso tiene para los estudiantes, y no se les asigna otro, o los colocan en otra actividad e incluso plantel diferente, como para fastidiar a profesoras y maestros que no están de acuerdo en callar las irregularidades.
En su escuela, las cuotas a los padres de familia, que son ilegales, son de 300 pesos, y a esto se suman los ingresos por los constantes convivios organizados por la dirección, para obtener ganancias, de las que no se rinden cuentas, y que ni siquiera son para realizar mejoras a los planteles, sino para los regalos de los directivos.
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“He decidido alzar la voz, para que situaciones como esta nunca más se vuelvan a repetir. El maestro Merino, quien es director de Educación Primaria en el Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), me reprimió: me quitó mi lugar de adscripción, donde yo tenía ya más de nueve años laborando”, acusó.
También ahondó: “Fue por acusar a la directora, Maricela Sánchez Zamora, de que organiza eventos sin dar cuentas claras a los padres de familia y piden cuotas a cambio de la inscripción, violando el Artículo Tercero constitucional sobre la educación gratuita”.
La profesora Ana Galicia dijo no tener miedo de los señalamientos que hace: “Ya se me quitó. Estoy aquí para decirles a todos que me han reprimido, que me han querido cambiar de lugar y que no me voy a rendir”.
Dijo que su lucha es firme: “He presentado escritos en todas partes: con la supervisora Olga Sánchez, de la zona escolar 62, pero no me hizo caso. Recurrí a otras instancias superiores y tampoco hubo respuesta. Lo único que hicieron fue quitarme del lugar que yo tenía, dejar a mis niños sin maestra”.
Dijo tener las pruebas de las irregularidades que en el plantel donde tenía su plaza están ocurriendo y que llegará a fondo para defender su posición, por más que las autoridades la repriman, y aunque no tenga el respaldo del líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ella seguirá adelante.