Primera gobernadora; gabinete diferente

Mirador 21

Ahora que ya le fue entregada la constancia de mayoría, con lo cual queda acreditado que fue electa como primera gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, tiene el gran reto de conformar un buen gabinete que, así como ella, marque una gran diferencia en la historia; ella será la primera gobernadora y como tal, su gabinete tendrá que ser diferente al de muchos. Nombrar un gabinete se ha vuelto cada vez más complicado. Antes veíamos que los cargos se repartían de inmediato a los equipos políticos que apoyaban las campañas, grupos puntuales en los que no se revisaba la hoja de vida, experiencia en cargos públicos o su reputación. Los que acompañaban las campañas o ponían dinero, eran los primeros en ser nombrados. Además, se incluía a quienes se montaban al barco de último o quedaban sin éxito durante el proceso electoral; siempre terminaban con puestos de menos importancia pero enchufados en el Gobierno.
Ahora con una mayor transparencia, exigencias y ojos encima, nombrar personas en los distintos cargos que tiene el Gobierno se ha vuelto complejo, no se puede nombrar a cualquier persona que no cuenta con la experiencia requerida para un cargo que maneja altos recursos públicos o que tiene un cargo que realmente necesita interlocución con algunos sectores de la sociedad. Y Margarita sabe mucho de eso, pues en su momento ella ha participado en gabinetes de orígenes ideológicos distintos a la izquierda. En su momento participó con gobiernos del Partido Acción Nacional y con el propio Cuauhtémoc Blanco, que llegó a la presidencia de Cuernavaca por el Partido Social Demócrata (PSD); sin embargo ella nunca arrancó sus raíces ideológicas. Cuando se trata de trabajar por el estado y se tiene amor por lo que hace, los colores partidistas salen sobrando. 
Tenemos que decirlo con todas sus letras: este primer gran reto para Margarita plantea para una alta capacidad de selección, de arriesgar capital, relaciones políticas y empresariales porque habrá muchas personas que están esperando algo a cambio, por haber apoyado durante el tiempo de campaña. El peor de los errores que puede cometer un mandatario es nombrar gabinetes de poco peso, gabinetes para un año, seis meses o dos años, que es lo que le ha pasado a la mayoría de gobernantes territoriales en la actualidad. Gabinetes que quizá respondan a compromisos políticos, más que a los compromisos con el pueblo que decidió en las urnas. Por eso, cuando se opta por los gabinetes temporales o por compromiso, dichos gabinetes han sido endebles con personas que no tienen mayor noción de la función pública, que llegan a aprender y que no se atreven a mezclar experiencia con renovación. Este tipo de jugadas son altamente riesgosas.
No solo se trata de nombrar personas de confianza y transparentes, sino personas con capacidad para que tomen decisiones y que hayan tenido, preferiblemente, experiencia en el sector público. Si se desea introducir personas nuevas, bienvenidos sean, pero no se puede hacer en un cien por ciento para una entidad o una secretaría. Hay que saber conformar equipos, y sobre todo, mandar mensajes de confianza a los ciudadanos que se van a gobernar. Las victorias tempranas son carta de presentación inmejorable para su gobierno, detectar las debilidades y necesidades más urgentes que sus gobernados tienen, además, entregar un parte de confianza, tranquilidad y seguridad de que las políticas y el equipo que los va a acompañar, están a la altura de las decisiones que los gobernados esperan y que, son equipos de largo aliento que si bien, necesitarán la ayuda de todos, hay la plena confianza de que podrán nadar solos, aquí radica el reto para los gobernantes que vienen. Ese será el principal reto para González Saravia. 
Ella es la primera mujer que gobernará el estado, pero además es una mujer que ha trabajado en el servicio público y en la iniciativa privada, de modo que si algo la distingue es la formalidad, el compromiso y la responsabilidad con la que atiende sus tareas. 
Un tema fundamental será la paridad en la conformación del gabinete, si, pero también del gobierno en su totalidad. El camino hacia la paridad ha sido largo y tortuoso para las mujeres, pero estamos seguros de que hoy las condiciones son mejores. Falta mucho por avanzar pero ya se ve la luz al final del túnel.  Con Margarita estamos seguros de la conformación de un gabinete paritario. Aplicar el principio de paridad desde el inicio del gobierno, obliga a que dentro de las estructuras de cada secretaría también se garantice paridad en puestos directivos, los cuales deben mantener la máxima “igual trabajo, igual salario”. 
Otro reto es compartir entre todas y todos los integrantes del gabinete la responsabilidad de la implementación de la perspectiva de género. Lo anterior implica que las mujeres que estarán al frente de las secretarías puedan ejercer sus funciones libres de violencia. Las mujeres en espacios de poder, no pueden quedar reducidas o limitadas, como dice Mary Bert (Mujeres y Poder un manifiesto) “con la capacidad de ser efectivo, marcar la diferencia en el mundo, del derecho a ser tomadas en serio, en conjunto e individualmente”.
El de Margarita será un gobierno histórico con una mujer al frente que logrará conformar un gabinete diferente que, como consecuencia dará resultados distintos a los actuales.

Tags