Empecemos por el final. El PAN es un partido que se confiesa católico. Esa confesión le ha acarreado muchas afiliaciones, el problema es que gracias a una comprensión tradicional y preconciliar de su fe han adoptado con vigor emocional un fanatismo recalcitrante que les impide aceptar cualquier afirmación que contradiga sus creencias institucionales.
Conozco panistas que acuden a misa dominical, como muchos creyentes pero que no pueden dejar de hacerlo pues consideran esa falta un grave pecado. Es más, conozco a más de uno que acude a las 3 misas que se celebran en su iglesia. Ser cristiano, en su esquema doctrinal, consiste justamente en cumplir con los actos de culto.
Tienen ideas fijas que los fanatizan. Todo aquello que no corresponda con su forma de comprender la doctrina impuesta debe descartarse, es más, condenarse. Ser un buen cristiano significa ir a misa, confesarse, rezar el rosario, persignarse antes de cualquier tarea, encomendarse a Dios, hacer manifestación explícita y pública de su fe… sin embargo, no sabemos de algunos que escuchen las amonestaciones del Papa en materia social o que lo citen y lo sigan.
Es un cristianismo devoto que mucha gente sigue y obedece considerando a la Iglesia Institucional y Jerárquica como la poseedora de la Verdad. De ahí que muchos sacerdotes formados en seminarios trasnochados y abusando de su investidura, se hayan atrevido a sermonear a sus feligreses exhortándolos a votar en favor del PRIAN y la Sra. Gálvez.
Las mentiras esparcidas no les dieron los resultados esperados. Hablaron de la implantación del Comunismo, concepto económico que no quieren comprender pero que utilizan con griterío ensordecedor. Mejor les sería atarse una rueda de molino al cuello, dice el Evangelio, que escandalizar a sus hermanos.
Escucho y leo expresiones de lenguas farisaicas con toda la intención de escandalizar al pueblo pobre y sencillo aprovechando la desinformación. Ustedes júzguenlas. Afirman que MORENA va a implantar el Comunismo, gritan que les van a quitar sus casas, sus changarros, sus autos y sus Afores. La derrota de sus partidos prevista con suficiente tiempo y espacio les provoca ira incontenible y se esmeran en sembrar confusión mintiendo con descaro. No saben lo que dicen, les basta con causar escándalo y generar inestabilidad y desconfianza.
Más escandalosas que esas falacias son las verdades irrefutables del despojo del país a manos llenas por las oligarquías extranjeras. Es decir, es una estupidez la mentira de que se pretenda quitar las casas, los changarros, los autos, las gallinitas y los perritos de cada ciudadano. Pero sí es verdad que los Prianistas, han fincado su Proyecto de país en el despojo y la entrega de nuestras riquezas y recursos al extranjero.
Así nació el PAN, ya lo hemos repetido. Podemos desafiar a panistas de renombre o a chavitos engañados recientemente afiliados, a desmentirnos. El PAN nace oponiéndose a la Política Económica del General Lázaro Cárdenas. Su fundador, Manuel Gómez Morín fue el Abogado Defensor, así, con mayúsculas, de las empresas extranjeras que se negaban a entregar el petróleo.
Cárdenas reparte 18 millones de hectáreas a los campesinos y funda el Ejido, como propiedad colectiva. Funda también muchas más Escuelas Normales Rurales (Palmira en Cuernavaca, Tenería en Tenancingo) para alfabetizar un nuestro país que padecía más del 70% de analfabetismo. Fortalece la Universidad de Chapingo, la mejor en materia agraria en América Latina. Los Ingenios Azucareros (Zacatepec) en todo el país. El Politécnico Nacional en 1937 y la Expropiación Petrolera en 1938.
A todo eso se opuso el Pan que nació en 1939, precisamente para contrarrestar esa Política Económica a la que acusaban de Comunista. ¿Les suena?
Cuestionemos. ¿Qué esperan ahora todos esos corifeos de las oligarquías extranjeras y nacionales? ¿Van a sumarse a la derecha internacional para desestabilizar nuestro gobierno? ¿Van a convertirse en peleles del FMI, de la OCDE y del BM? ¿Se harán cómplices de Viktor Orban de Hungría, Netanyahu de Israel, Milei de Argentina, Abascal de España, la Meloni de Italia, Trump de USA, Noboa de Ecuador y otros cuyas referencias no tengo la menor intención de recordarlos?
O bien, se sumarán a la edificación de un país solidario; con justicia social y distribución equitativa; con anuncios proféticos a la manera de Amós que no cesó de denunciar los pecados cometidos por los poderosos de su tiempo. Escúchenlo:
“¡Ay de ustedes que transforman las leyes en algo tan amargo como el ajenjo y tiran por el suelo la Justicia! ¡Ustedes odian al que defiende lo justo en el tribunal y aborrecen al que dice la verdad! Ustedes han pisoteado al pobre… Son muchos sus crímenes y enormes sus pecados, opresores de la gente buena, hacen que el pobre pierda su juicio en los tribunales.
“Yo odio y aborrezco sus fiestas y no me agradan sus reuniones… Váyanse lejos con el ruido de sus cantos, no me llaman la atención sus sacrificios. Quiero (dice el Señor) que la Justicia corra como el agua y que la honradez crezca como un torrente inagotable”. (Amós, 5, 10-12, 24).