La transparencia en cualquier gobierno es necesaria para generar confianza ciudadana y acompañada de la rendición de cuentas son un binomio que tristemente hoy no es común en las diferentes administraciones del estado de Morelos. La transparencia implica que los diversos procesos administrativos puedan ser consultados sin mayor problema por cualquier ciudadano que así lo desee. Sin embargo, esto no es así porque tras el interés de ocultar la información hay intereses particulares en contraposición.
Por esta razón es que se crearon los organismos autónomos de transparencia, el INAI a nivel federal y el IMIPE en Morelos. La reforma constitucional de la pasada administración (2013) en el marco del sistema nacional anticorrupción provocó que la legislación se modificara con el objetivo de combatir la corrupción de manera más eficaz, sin embargo, es paradójico que esto haya ocurrido en uno de los sexenios más corruptos de la historia de México.
Hoy escucho varias voces que manifiestan que los organismos autónomos son necesarios para garantizar el ataque a la corrupción, sin embargo, en la pasada administración no fueron eficientes y no hubo tal ataque frontal a la corrupción. Eso no significa que deban desaparecer, pero sí que su conformación debe ser otra. La transparencia es necesaria, pero quienes están al frente hoy de los diferentes poderes y en sus diferentes niveles de gobierno no piensan de esa manera. Hoy en Morelos la impunidad es la constante, la transparencia es una ilusión porque tango el ejecutivo estatal, como el judicial y por supuesto el legislativo no transparentan absolutamente nada y de la mano el ámbito municipal.
Al no haber transparencia es evidente que la corrupción sigue adelante, y si no hay castigo para quien comete un acto de corrupción, el problema no se detendrá nunca. La impunidad es una característica de la administración pública en el estado de Morelos y eso es así porque todos son cómplices de todos y a nadie le interesa matar a la gallina de los huevos de oro. Ante ello la transparencia debe ser un tema prioritario para contener y en algún momento acabar con la corrupción. Por ello se torna importante que quien opere el organismo encargado del tema sea un ciudadano sin intereses con algún poder, propuesta que se antoja difícil pero no imposible.
Hasta hoy el manejo de la transparencia parece más un tema meramente formal, pero no de fondo. Todos quieren tener la aprobación del organismo de transparencia, pero en los hechos nada es transparente en la administración pública. Parece un concurso de ver quien oculta más sin ser descubierto y los organismos de transparencia hacen que no ven y solo presionan lo indispensable para justificar su existencia, al final lo importante es justificar para tener un espacio de poder, impunidad y opacidad, esas parecen ser las características intrínsecas de la administración pública en Morelos en todos sus niveles.
En este inicio de año comienza un nuevo periodo para los alcaldes en Morelos. Ellos tienen la oportunidad de darle un nuevo giro a la manera de gobernar frente al electorado que los eligió, ya veremos hasta dónde y quiénes logran hacer las cosas diferentes y quiénes solo llegan para saciar sus ambiciones personales y continúan haciendo de los ayuntamientos su espacio para hacer negocios y enriquecerse al amparo del poder, al fin que no pasa nada. Es la transa institucionalizada.
Pensar en un organismo de transparencia diferente es iluso en este momento, el Congreso del Estado ya sacó los dientes y mostraron que siguen empecinados en no poner por delante los intereses de quienes votaron por ellos, sino mantener las diferencias a costa de lo verdaderamente importante para el pueblo. Esto significa que la transparencia y la rendición de cuentas verdadera seguirá durmiendo el sueño de los justos y mantendremos un estado con la mayor opacidad, lo más corrupto y con alto grado de impunidad.
*IR