La alternativa anticapitalista y ecosocialista, más allá del proceso electoral

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Este calor es insoportable, es lo que se escucha por todos lados. Los niveles de temperatura han roto todos los registros históricos. No es sólo el clima, es el sistema capitalista. En efecto, ir al fondo de las causas del colapso ecosocial que está en curso es fundamental para encontrar las alternativas. Por ello es que retomamos los planteamientos emitidos en el Manifiesto del XIV Congreso Nacional del PRT: La alternativa anticapitalista y ecosocialista, más allá del proceso electoral, que señala:
“Ante el colapso ecosocial en curso: ecosocialismo o extinción. La crisis civilizatoria del capitalismo determina la coyuntura que atravesamos actualmente. Esta crisis es multidimensional pues converge, engarza y retroalimenta varias crisis recurrentes: económicas, productivas, financieras, alimentarias, sanitarias, migratorias, políticas, climáticas, bélicas, culturales, de relaciones humanas. Las fuerzas productivas del capitalismo se van convirtiendo cada vez más en fuerzas destructivas. Enfrentamos no sólo una crisis de una civilización que se descompone y avanza en ella la barbarie, sino una crisis que tiene dos vertientes que abre la posibilidad de la extinción de la humanidad y de la vida en la Tierra a corto plazo:
La primera es la de las guerras interimperialistas, con enfrentamientos que pueden escalar a guerras nucleares que significarían el fin de la vida en nuestro planeta. El riesgo no es solo por la guerra en Ucrania, sino también por la guerra de ocupación y genocida de Israel contra Palestina. La posibilidad de pasar rápidamente de guerras regionales a nuevas guerras mundiales, pero con armamento nuclear, lo que sería catastrófico.
La segunda vertiente se refiere al colapso ecosocial planetario en curso, determinado por la creciente intoxicación del medio ambiente, el ecocidio global y acelerado, el rebasamiento de los ocho límites planetarios que permiten la vida en la Tierra y el cambio climático por la elevación de la temperatura planetaria. Son factores que se retroalimentan y aceleran, avanzando no de manera lineal y previsible, sino por saltos intempestivos, de modo que solo permiten las definiciones de posibles escenarios, todos ellos catastróficos a corto plazo.
En el mismo sentido, un proyecto de Manifiesto Ecosocialista de la IV Internacional señala que: "La catástrofe que crece a nuestro alrededor no tiene precedentes. De hecho, a las plagas de la guerra, el colonialismo, la explotación, el racismo, el autoritarismo, las opresiones de todo tipo, se le añade una nueva plaga que agrava todas las demás: la destrucción acelerada por el capital del medio natural del que depende la supervivencia de la humanidad.
Los científicos han identificado ocho indicadores globales de sostenibilidad ecológica y señalado los límites de peligrosidad para siete de ellos. Debido a la lógica capitalista de acumulación, al menos siete de los indicadores ya han traspasado esos límites: clima, la integridad funcional de los ecosistemas, ciclo del nitrógeno, ciclo del fósforo, las aguas dulces subterráneas, las aguas dulces superficiales y la superficie de los ecosistemas naturales. Seis de ellos incluso superan el límite superior (sólo el clima no lo supera). Las poblaciones pobres son sus principales víctimas, sobre todo en los países del Sur Global.
Las consecuencias del neoliberalismo, militarismo y cambio climático: casi una de cada diez personas pasa hambre, casi una de cada tres sufre inseguridad alimentaria, más de tres mil millones de personas no pueden permitirse una dieta sana y ciento cincuenta millones de niños menores de cinco años sufren un retraso en su crecimiento debido al hambre.
El cambio climático es el aspecto más peligroso de la destrucción ecológica, constituye una amenaza para la vida humana que no tiene precedente en la historia. La Tierra corre el riesgo de convertirse en un páramo biológico inhabitable para miles de millones de personas pobres que no son responsables de este desastre. Para detener esta catástrofe, debemos reducir a la mitad las emisiones mundiales de dióxido de carbono y metano antes de 2030 y anularlas antes de 2050. Así que, prioritariamente, proscribamos los combustibles fósiles, la agroindustria, la industria cárnica y la hipermovilidad... es decir, produzcamos menos a nivel mundial."
Lo anterior no debe llevarnos a la búsqueda de salidas individuales, de supuestas humanizaciones del capitalismo, del capitalismo verde, ni al abandono por la desesperanza, sino a la lucha política por la perspectiva del ecosocialismo. Es la alternativa civilizatoria que se propone asegurar una vida digna y con igualdad para todos los seres humanos, así como salvar y cuidar la naturaleza de la que somos parte indisoluble, con la gestión colectiva y democrática por las y los trabajadores asociados del metabolismo sociedad/naturaleza, de modo que preserve la integridad y restablezca el equilibrio de los ecosistemas dañados por la dinámica capitalista. Es cierto, el programa mínimo ya es revolucionario ante el colapso ecosocial en curso. Ante el cambio climático, cambiar al sistema es la alternativa, acabar con el capitalismo, para evitar el fin de la humanidad.
Por todo ello una conclusión del Manifiesto es impulsar un frente amplio de movimientos sociales y fuerzas anticapitalistas que, manteniendo la independencia de clase, luchan y resisten, gobierne quien gobierne, hasta constituir un amplio polo para disputar el poder político e iniciar una verdadera transformación que rompa con el capitalismo y reinicie la revolución mexicana interrumpida. Un polo de lucha alternativo con un programa de lucha para antes y después de los procesos electorales independiente de los bloques y partidos en campaña, donde las y los candidatos prometen todo, sin un verdadero compromiso de cumplir una vez pasadas las elecciones. 
Nadie dijo que era fácil, pero atreverse a luchar, es empezar a vencer.

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