Legítimos pero inconvenientes

Ingeniería de sueños

Vamos al grano: servidores públicos de primer y mediano nivel que no sirven, sino que se sirven. Y casos claros hay de sobra en la historia de este país que curiosamente, se olvidan y entonces, se repiten los escenarios, pero con otros actores. No solo hablamos de las y los candidatos. Hoy, a muchos de estos inconvenientes los vemos animados y eufóricos en las campañas, arengando el mitin y, sin empacho, si es el caso, aparecen haciéndolo en horario de trabajo. 
Servidores públicos legítimos pero inconvenientes por estar cobijados en una ley muchas veces a modo para que puedan ocupar el puesto con la seguridad de que sus propios reglamentos internos -con vacíos legales- o la misma ley orgánica, los amparen, como ocurre con la socorrida triquiñuela de señalar en los requisitos del cargo la palabra “preferentemente”; y es muy curioso que este vocablo aparezca cuando se trata de acreditar la profesión con una obligada cédula expedida por la SEP. 
En los requisitos del papel dice: ¨Preferentemente cédula profesional”. O sea que traducido en el tradicionalismo servicio público que poco ha cambiado, si no cuentas con ella, no importa, ya está previamente amañado y salvado el obstáculo. “No digas nada y, bienvenido o bienvenida a la nómina”. O en los casos más perversos y enfermos… la cédula profesional acredita una carrera que nada tiene que ver con el desempeño asignado, pero como dice, “preferentemente”, pues vale porque así lo estipula el reglamento o la ley y el corrupto cretino beneficiado, presume como si se hubiera sacado la lotería, que la ley lo ampara. 
Esto suena igual de bestial a quien fuera médico y trabajara dando instrucciones de escritorio a los zapadores del área forestal sobre cómo manipular la pala y crear una brecha corta-fuego en lo profundo de las barrancas y, además, recomendarles -sin saber o importar que hubiera diabéticos-, un refresco de cola para que se reanimen de la fatiga.
Legítimos pero inconvenientes cuando la ley -que sí es muy ciega en ocasiones- dice que no se necesita tener una profesión ni experiencia, es más, no tomo ni en cuenta el servicio de carrera pues con que la comunidad lo decida y avale al personaje, es más que suficiente para ser representante o candidato.
Legítimos pero inconvenientes cuando son nombrados porque son el compadre, la amiga, el conocido, el compromiso de campaña, el o la amante o el conflicto de interés, el amigo del amigo y entre ellos y ellas, curiosamente, no hay experiencia, es su primer “chambita”, se da el caso de que igual compraron el cargo y, pasadas varias semanas o meses, no despegan de la curva de aprendizaje y las cosas nuevamente, nunca resultan en favor de la ciudadanía. 
A estos legítimos pero inconvenientes, la realidad los evidencia por poco productivos o sentirse enemigos de su propio “servicio público”, ya que miran al usuario o al ciudadano, como un incómodo solicitante de su desempeño, por el cual se les paga cada quincena vía los impuestos y su escaso rendimiento los acusa de ser realmente inconvenientes al cargo, pero ahí siguen y los tienen ahí por motivos siempre insospechados. Aparte, se olvidan que técnicamente los patrones son los ciudadanos que sí pagan impuestos y es a quienes acostumbran tratar mal.
En el servicio público también están las excepciones, hay los que sí trabajan y me consta, son los que ganan lo menos en salario, son los que tienen contratos eventuales, son a los que condicionan las horas extras sin pago adicional, son a los que atiborran de actividades en las oficinas, deben de comer en sus escritorios, son los que no están apadrinados, son los anónimos que miran y dan salida a las grandes montañas de documentos a revisar diariamente, son los que en las ventanillas reciben el enojo y la furia de la ciudadanía que está cansada de la inoperancia de la administración, son los y las que deben de justificar las constantes ausencias e irresponsabilidades de los que ocupan niveles más arriba; sí, sí hay quien hace el trabajo pesado mientras los acomodados sonríen a las cámaras, se van a desayunar luego de los eventos públicos y se tardan el tiempo que quieren, les toca la camioneta del año y se ufanan en dar declaraciones fatuas tratando de autoengañarse diciendo que todo está bajo control; mientras, su derredor se cae a pedazos, aunque claro, el salario y los beneficios son altos y seguros cada quincena.
Falta poco para que a nivel nacional se realicen las más amplias elecciones de que se tenga registro en la historia del país y, ahí se habrán de suplir más de 20 mil cargos, sumada la Presidencia de la República y en todos esos cambios, desde luego que los ganadores llegarán con sus equipos de trabajo y claro, ahí van colados estos legítimos e inconvenientes de los que hemos hablado, sin dejar de lado a los aviadores, gente que no se aparece más que en las quincenas para firmar de recibida la nómina; así que no habrá muchas sorpresas luego de tantos galones de saliva convertidos en promesas incumplidas. 
Repitiendo lo dicho entre la ciudadanía de a pie en este 2024 y las conclusiones de uno que otro sincero ciudadano letrado y especializado en temas políticos, llegarán más legítimos pero inconvenientes, que no sirven, pero se sirven, y eso volverá a suceder porque no hay para dónde hacerse ni de dónde escoger, pero hay algo peor -afirman- y es no salir a votar.

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