El magisterio de educación básica en Morelos escenificó la manifestación más concurrida de que se tenga memoria, hasta sería aventurado hablar de un número de participantes, ¿25 mil?, ¿30 mil?... Mejor así la dejamos, sólo diremos que eran demasiados.
El motivo de la marcha de protesta fue para exigir a las instancias competentes, cumplir con su compromiso de ofrecer un servicio de salud por lo menos mediano, porque el Secretario General del SNTE, Joel Sánchez Vélez, afirmó que acompañado por su comite, hizo la convocatoria a la protesta, que funcionarios del ISSSTE los maltratan y tratan con desprecio.
Ese fue el argumento, pero seguramente ni el propio líder esperaba una respuesta prácticamente total, es decir, de los 35 mil trabajadores del IEBEM. Debe ser mucho el enojo que arrastran como para que salieran a la calle en nada.
A quien esto escribe le tocó presenciar manifestaciones masivas, como aquella de blanco financiada desde la Presidencia de la República, a través del esquirol Graco Ramírez, previo el cese del gobernador Jorge Carrillo; o la que se realizó durante el gobierno de Marco Adame, contra la reforma educativa de Elba Esther Gordillo; pero nunca de este tamaño, esta ves se duplicó, o quizás se triplico el número
El ridículo del director del IEBEM, Eliacin Salgado de la Paz, intentó frenar el movimiento, mandó primero a un grupúsculo del Movimiento Magisterial de Morelos para sabotear; y luego, amenazó con sancionar a los que participarán. Eso los irritó más y los sacó de las aulas.
Es decir, quedó en ridículo, no tiene autoridad moral y mejor habría sido no oponerse, sobre todo porque reclaman algo justo. Mejor debería renunciar por dignidad.
En fin, que ha sido la marcha más grande que se tenga memoria, y Sánchez Vélez hizo bien en acompañar a sus bases y respaldarlas en tantos pendientes frente a las nulas autoridades educativas.