Va creciendo en el país el número de personas desplazadas tanto por la guerra entre el crimen organizado por regiones enteras, como por las amenazas y extorsiones de que son víctimas sus habitantes. Tan solo en la zona centro de México, de la cual forma parte Morelos, ya van más de 178 mil personas que han dejado todo para poner a salvo sus vidas, convirtiéndose en desplazados.
Las cifras provienen de los censos poblacionales que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), porque en términos reales el gobierno federal y los de las entidades no llevan un registro de este grave problema, de acuerdo a lo referido por organizaciones sociales, lo mismo que por periodistas que han requerido datos vía solicitudes de acceso a información.
En la zona centro del país se encuentran la Ciudad de México, el Edomex, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y, por supuesto, Morelos, en donde operan 14 bandas del crimen organizado que han hecho de la extorsión uno de sus principales negocios, sobre todo en la región oriente.
En la zona, el cierre de establecimientos comerciales, las grandes factorías como el ingenio, ganaderos y productores agrícolas han sido víctimas de las organizaciones criminales, que ahora incluso pretenden tener control sobre el agua potable.
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Hay un éxodo de personas que se han visto precisadas a dejarlo todo, antes que trabajar para los delincuentes o caer abatidos por ellos, si se niegan al cobro de derecho de piso.
Es silencioso, paulatino y con dolor el desplazamiento de quienes quieren escapar del infierno. En tanto, la Comisión Estatal de Seguridad Pública, a cargo de José Antonio Ortiz Guarneros, sabe de los grupos que particularmente en la región oriente de la entidad, sobre todo porque recurre a los informes de inteligencia que realiza la Marina Armada de México. Sin embargo, cada vez más grupos criminales disputan la plaza. Y en la vorágine de violencia, los desplazados, que además pretenden pasar desapercibidos, no son cuantificados ni saltan a la luz pública.
Para el Observatorio Nacional Ciudadano, que se encarga de dar seguimiento a estas problemáticas, el poder adquirido por los grupos criminales en diversas regiones del país es tal, que controlan la vida productiva de regiones enteras.
La descripción que hace del fenómeno se ajusta a lo que vive Morelos, sobre todo en la región oriente, porque debe insistirse: introductores de carne, productores agrícolas, la industria de la masa y la tortilla, el ingenio de Casasano, hasta los pequeños comerciantes han sido víctimas de extorsiones, lo mismo que de asesinatos.
Hay quienes, a pesar de ser desplazados, pueden escapar del infierno, aunque signifique perderlo todo. Hay otros que, por la dimensión de su actividad y condiciones, tendrán que quedarse a padecerlo. Y si no hay cifras de desplazados por la violencia criminal de las bandas delictivas, mucho menos la atención a esas familias que, silenciosamente, porque quieren pasar desapercibidas, están dejando la zona.