Hay graves problemas de acoso y tocamientos a mujeres en los 200 paraderos que existen en la capital del estado, afirmó la directora del Instituto de la Mujer de Cuernavaca, Lorena Castillo, quien focalizó los casos más destacados en puntos como la Avenida Universidad, los paraderos de La Luna, en ambos sentidos de la transitada vía, lo cual también ocurre en las paradas Chedraui, y muy particularmente en la Secundaria de Chipitlán.
No hay un registro del número de casos, afirmó Castillo, porque lamentablemente las mujeres que padecen este acoso y tocamientos no están denunciando el problema, simplemente se comenta entre las mujeres que tienen que esperar en esas zonas y otros paraderos por el servicio y que son víctimas de estas agresiones.
Hasta ahora, por fortuna y quizá debido a que son zonas con mucha gente, no ha habido reportes de asaltos. Sin embargo, se sabe que las mujeres son víctimas del acoso y tocamientos principalmente en el paradero de Chipitlán, en ambos sentidos de la Avenida Morelos, y lo preocupante es que ahí se ubica una secundaria, a la que acuden menores de edad.
Otro de los graves problemas, considera, es que además de los 200 paraderos reconocidos en la ciudad, ocurre algo muy peculiar en Cuernavaca, pues basta con que por costumbre o porque se instaló un checador en determinado punto, ya se considere que es un paradero, sin que se cumplan todas las normas y requisitos.
Destacó que un factor importante para evitar este tipo de problemas lo constituye la iluminación, en lo cual la presente administración ha estado trabajando en las principales avenidas y calles de la capital morelense, lo mismo que en las adyacentes, porque eso inhibe la comisión de estas conductas.
Paralelamente, la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC) ha reforzado los rondines en los puntos ya focalizados con estas problemáticas. Sin embargo, la directora del Instituto de la Mujer de Cuernavaca considera que lo que hace más complicada la atención para que esto no ocurra y que eventualmente tampoco llegue a mayores, es que las víctimas no están denunciando el acoso y las agresiones.
El acoso callejero se ha convertido en un grave problema, pero necesitamos que las víctimas los denuncien no solo para ubicar los puntos en que deben realizarse más rondines, sino para que las sanciones a quienes los protagonizan, inhiban la recurrencia y aumento de este tipo de casos, que constituyen también una agresión a las mujeres, aseguró.
Se ha estado trabajando con los operadores del servicio de transporte colectivo, particularmente con Rutas Unidas, en cuyas unidades se han colocad tanto carteles para dar a conocer a las mujeres los teléfonos a los que pueden recurrir en caso de acoso callejero, como para advertir a quienes recurren a estas prácticas a que desistan de ello. También se realizarán operativos con personal de seguridad femenino vestido como civil para detectar a los agresores, a fin de sancionarlos.