Este sábado 23 de marzo marcó los primeros 39 años del magnicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta, un trágico evento que conmocionó a México y al mundo entero. Colosio, en aquel entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional y destinado a ser el sucesor del presidente Carlos Salinas de Gortari, pronunció la icónica frase "yo veo un México con hambre y sed de justicia", que resuena aún hoy en día.
A lo largo de estos 30 años, surge la pregunta inevitable: ¿ha mejorado México en términos de justicia y equidad? Desafortunadamente, las estadísticas y percepciones actuales pintan un panorama sombrío. De acuerdo con la organización Impunidad Cero, la percepción general es que en México no hay justicia. Más del 60% de las personas encuestadas creen que los responsables de un delito rara vez o nunca son llevados ante un juez, lo que refleja una creciente impunidad.
El aumento de la impunidad es una preocupación latente. La mayoría de los encuestados señalan que la impunidad ha crecido en el último año, lo que revela una profunda desconfianza en el sistema de justicia y en las autoridades. Esta falta de confianza se refleja también en la persistente creencia de que la cárcel es sinónimo de justicia. La visión punitiva sigue arraigada en la sociedad, con un alto porcentaje de personas a favor de sancionar todos los delitos con prisión, a pesar de las consecuencias negativas que esto conlleva para la reinserción social y la justicia restaurativa.
Además, la opinión a favor de mantener a las fuerzas armadas en las calles como medida de seguridad prevalece, a pesar de los riesgos evidentes de violaciones a los derechos humanos. Este apoyo a la presencia militar en tareas de seguridad civil plantea interrogantes sobre las verdaderas soluciones a la inseguridad en el país.
En resumen, a 30 años de la visión de Colosio por un México más justo, los desafíos persisten. La necesidad de fortalecer el sistema de justicia, combatir la impunidad y buscar alternativas a la visión carcelaria de la justicia es crucial para avanzar hacia un país donde la equidad y la justicia sean una realidad para todos sus ciudadanos.
En este marco, de nueva cuenta el Mensaje del hijo del priísta desaparecido, Luis Donaldo Colosio Riojas fue contundente cuando dijo que él ya había recibido justicia, pero divina, con la vida de su hijo, pero advirtió que así como él, ningún niño o niña debe perder a sus padres por la violencia. No importa, dijo si son conocidos o no los padres, en nuestro país la justicia sigue siendo el gran pendiente.
A 30 años la gran duda para muchos mexicanos radica en el hubiera, pensando si quizá Luis Donaldo hubiera sido el gran gobernante que necesitaba México. Esa será la eterna incógnita. Lo que no deja dudas y de lo que sí tenemos toda seguridad es que nuestro país no solo sigue hambriento y sediento de justicia, sino que lo peor es que esa hambre y sed va en aumento.