Desde la antigüedad a los hombres de más se de sesenta años, se los consideraba como sabios, todo por la experiencia que les había dejado la vida, y eso ya era una sabiduría que les reportaba respeto y consideración en el trato que se les daba. Los tiempos cambian y en la actualidad un hombre senil ya casi poco o ningún respeto inspira, hasta en algunos casos se vuelve una carga social. La 4T, de manera muy, pero muy audaz ha aprovechado esta circunstancia para llevar agua a su molino, porque justo, a los llamados ciudadanos de la tercera edad, que son los mayores o los seniles o los ancianos, se han convertido en los focos de atención y de manera perversa se les está convenciendo para que en el momento preciso sean los que apoyen al bienhechor y vayan a las urnas a votar por quien, según dice, no se quiere reelegir, porque es un demócrata. Justo ahora, cuando se está sufriendo la bien llamada cuesta de enero, a los viejecitos les llega como regalo de Los Reyes, el bono equivalente a más de tres mil ochocientos pesos, dinero que la verdad, les llega como una bendición, porque la inflación, producto de un pésimo manejo de las finanzas nacionales, ha puesto por las nubes los precios de la canasta básica, luego, todo lo que escurra es miel en penca, pero nadie en un acto de delicadeza, vergüenza u honradez sale a explicar que el dinero que se reparte a manos llenas y a diestra y siniestra, es producto de nuestros impuestos, que es el dinero que todas las personas que trabajan aportan para erario nacional y que de ninguna manera es un dinero de Andrés Manuel López Obrador, que Él, como presidente solamente es un administrador del dinero del pueblo, y bueno, es de gente bien nacida agradecer el, bien que se recibe, pero de eso a que se nos quiera cobrar con la búsqueda de pretender mantenerse en el poder aduciendo el San Benito de que “el pueblo pone”, si pero también quien te da el poder te lo quita. Ya en la semana pasada, primera del año que caminamos, el señor en su mañanera, sin que hubiera necesidad de hacer aclaraciones dijo, “yo no pretendo reelegirme” lo que faltó es que dijera, pero si así lo disponen, ¡va! En el inicio de cada año, se renuevan propósitos, se hacen nuevas esperanzas y desde ahora desgraciadamente los sueños se topan con una terrible realidad, todos, casi sin excepción andamos con el Jesús en la boca, porque aun cuando el presidente ha pedido a los medios de información que no transmitan noticias sobre el problema de salud que aqueja, no a México sino a todo el mundo, en nuestro país como ha sido siempre se minimiza el asunto y ya a manera federal o estatal la orden es decir que todo está bajo control, lo cierto es que pocos creen la información oficial que se da desde palacio todas las mañanas, el señor ha perdido credibilidad en todos los sentidos porque lo que en el referente de seguridad los muertos, dicho con respeto y dolor, los asesinatos ahora son en racimos, y el Gober de Zacatecas sale a gritar, “es la maldita herencia”, ese señor debe saber que quien ha gobernado a ese pobre estado es la familia de Él, ya como gobernadores, presidentes municipales, luego diputados y senadores, luego, sí, tiene razón, es la maldita herencia pero de su familia, lo que hace evidente es que la memoria siempre es flaca, luego en Veracruz, cuando desde la sede del Poder Ejecutivo, se lanzan alabanzas para Cuitláhuac nombre que en náhuatl quiere decir, “hombre que hace caca” en ese estado antes encantador y romántico, ahora se abusa del poder, se modifica la Constitución local para justificar los atropellos y la ineptitud en el manejo del crimen organizado, y así se puede ir a lo largo y ancho del país, a tal grado que ya el país del norte ofrece recompensa millonaria para la captura del Jr. que el presidente liberó “en bien de todos los ciudadanos. Ironías de la vida, pero así vivimos. Como los cotorritos de convento, que solamente están parando la orejita para repetir lo que oyen, así la Secretara de Educación, Delfis, La del Diezmo, que el regreso a clases de manera presencial es inminente, que los maestros se van a poner su segunda dosis de vacuna, sí, Doña, pero no hay vacuna, y se podría preguntar, ¿y los niños cuándo? pues tampoco hay vacuna, y es de admirar la responsabilidad de los jóvenes que desde temprano se fueron a formar a las instalaciones de la Sedena, para que les aplicaran su segunda vacuna, eso que en otros tiempos se diría que “el miedo no anda en burros” ahora se toma como una responsabilidad solidaria, pues todos nos tenemos que cuidar, porque AMLO sólo cuida a López Gatell, “por lo favores recibidos” de quien se dijo, “sólo tiene un simple resfriadito”. Bien por él pero… HASTA LA PROXIMA.
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