Antes que otra cosa queremos agradecerle su preferencia, que acuda todos los días a las plataformas de Lo de hoy Morelos, el año que inicia nos depara una serie de retos importantes como medio de comunicación, pero sin duda el más importante será, mejor dicho, ya es, el proceso electoral en ciernes. Nos estamos preparando y equipando para llevar a usted todos los detalles de las llamadas elecciones más grandes de la historia de México. Cabe recordar que, así como en Morelos, en la Ciudad de México y otros siete estados también habrá procesos locales, mediante los cuales habrán de ser elegidos nuevos cabildos, diputados locales y federales, senadores y gobernadores.
En todo el país el 2 de junio de 2024, México vivirá el proceso electoral más grande de su historia. Serán millones de ciudadanos quienes acudirán a las urnas para elegir 19 mil 746 cargos locales y 629 federales, incluido el máximo cargo de elección popular del país: la Presidencia de la República. Un hecho verdaderamente histórico. En Lo de Hoy tenemos el compromiso de informarle objetivamente para que usted tome la mejor decisión.
Estamos convencidos que las democracias dependen de la participación activa e informada de sus integrantes, o de lo que la Norma 4.5 en el caos de los Estados unidos de Norteamérica llama “participación ciudadana en el proceso político”. Él tema está claro y no se debe soslayar: Si solo participa un número limitado de personas, entonces la democracia da paso a un sistema de gobierno donde las élites, poderosos intereses especiales y coaliciones no representativas toman decisiones para todos los demás. Por eso es necesario que hagamos valer nuestro derecho de votar y ser votados. Siempre nos preguntamos ¿por qué ganan los mismos? ¿Por qué fulano o perengano siempre ganan cargos de elección popular? Uno de los principales factores es que, ante la indiferencia del grueso de la población, sólo unos cuantos se ponen de acuerdo para jugar y repartirse los cargos. Sigo creyendo que entre más ciudadanicemos la política, mejores condiciones democráticas vamos a consolidar en Morelos y el país. La indiferencia ciudadana es para la democracia algo así como la criptonita para supermán, si hablásemos de dibujos animados. Sin embargo, sus consecuencias son fatídicas, catastróficas y en perjuicio justamente del grueso de la población.
Debemos decir entonces que, en la mayoría de los regímenes democráticos, el abstencionismo es un fenómeno electoral marginal -en el sentido de que se da mayor importancia a los resultados de los candidatos partidistas- pero cuantitativamente significativo. Esta conducta ciudadana, la cual consiste en no votar, es frecuentemente descalificada, criticada e incluso objeto de medidas correctivas. A pesar de la imposición gradual del voto universal, de la libre participación de los ciudadanos y de la transparencia de los
procesos electorales, es posible afirmar que el avance de los sistemas democráticos no es proporcional al grado de participación el día de los comicios (Nohlen, 2004). Desde hace cuatro o cinco décadas, sociólogos y politólogos empezaron a estudiar el abstencionismo electoral, buscando comprender uno de los puntos más frágiles de los regímenes democráticos, susceptible de amenazar la legitimidad de los mandatarios al momento de la proclamación de los resultados electorales.
Según Bruno Lutz, doctor de Universidad Metropolitana en su trabajo “La participación electoral inconclusa: abstencionismo y votación nula en México” lamentablemente “la ambigüedad de la participación electoral ciudadana en México a la cual aludimos inicialmente, es un dilema conceptual que produce una serie de problemas de ingeniería electoral como limitar el abstencionismo y determinar una tasa mínima de participación por debajo de la cual el proceso electoral carece de legitimidad (cf, supra).
Sin embargo, este dilema de considerar simultáneamente el hecho de votar como una prerrogativa y una obligación tiene que ver con la preocupación, por parte del Estado, de asegurar la estabilidad y permanencia de las instituciones. En México, el no haber formalizado la obligación de votar con reglamentos específicos es la mejor prueba de que esta voluntad no pasa de ser una veleidad comprensible y hasta legítima en un contexto democrático.
Cada día son más las mujeres que buscan tener una participación más sólida en la cosa política. Todos los días vamos conociendo más perfiles de mujeres capaces y con una gran trayectoria que han levantado la mano para ser consideradas sobre todo del lado del Partido del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), y sus partidos aliados. Se trata de mujeres exitosas en diferentes ámbitos: desde el campo, la industria, las ciencias, la educación y el activismo social. Mujeres que entienden muy bien de que se trata administrar los recursos y trabajar a favor de la sociedad; mujeres que no ven en la política otra cosa sino la mejor manera de ayudar a los demás y de generar grandes beneficios para sus pueblos y comunidades. Podríamos destacar muchos nombres que, en su momento hemos destacado en estas líneas, pero por ahora nos referiremos a una de las grandes mujeres que ocupan un espacio en el gobierno estatal que, todos los días se esfuerzan para dar lo mejor de sí; se trata de la joven Ariadne Sulidey López Maídonado, actual directora general de Educación Ambiental y Vinculación Estratégica de la Secretaría de Desarrollo Sustentable. Ella ha levantado la mano para representar a sus vecinos del distrito local 9, conformado por Tlaltizapán y Emiliano Zapata y por lo que se conoce de su capacidad, seguramente será una de las cartas fuertes de MORENA y sus labios al sur de la entidad.
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