Para doña Licha, quien vende veladoras alusivas a la Guadalupana, las ventas bajaron con relación al año pasado. De hecho, fue este fin de semana cuando esperaban que la gente acudiera a comprar lo necesario para la celebración, pero no asistieron muchas familias por este tipo de productos
-¿Falta de fe o de dinero?
-Las dos cosas... Ya ve que ahora hay muchas religiones de otros países y se va perdiendo la tradición...
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Las bajas ventas han sido también resentidas por quienes tienen sus puestos con venta de flores en el López Mateos. "De por sí han estado bajas todo el año. Esperábamos recuperarnos un poco en esta temporada y sí subieron un poco las ventas, pero no como esperábamos", comenta Miguel.
Cuenta también lo difícil que es dedicarse a la venta de flores, porque la jornada empieza antes de que amanezca, una buena selección y su cuidadoso traslado, después abrir el puesto, desplegarlas para que luzcan, rociarlas permanentemente para que el cliente las vean frescas, y encomendarse precisamente a la Virgen para que se vendan, porque el tiempo antes de que se marchiten y se conviertan en pérdidas de dinero es muy poco.
Es otro de los vendedores de flores quien nos relata que los creyentes de la Virgen le llevan de preferencia rosas a sus altares, especialmente las rojas, y es él mismo quien adorna la imagen de la Guadalupana del centro de abasto con sus flores.
Coincide con que las ventas no han sido lo que esperaban, pero confían que en la víspera de la celebración mejore un poco el panorama. Al menos esa es su esperanza.
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Pero también nos habla de cómo los propios comerciantes ambulantes y locatarios del ALM rinden adoración y fe a la Guadalupana, y le profesan su devoción. Dentro del mercado hay un altar y una imagen de la Virgen de Guadalupe adornada con flores, entre el pasillo que divide frutas y verduras y el área de cremerías.
Tras el cristal, la imagen, no muy grande, de la Virgen de Guadalupe cuida de todos los vendedores y el porvenir de sus negocios. Y, para celebrar su día, la mayoría se arremolina en torno a ella. Un párroco acude a celebrar una misa en honor a la madre de los mexicanos el 12 de diciembre y después vienen las tradicionales “Mañanitas”, los cantos religiosos y, sobre todo, los alusivos a la Virgen morena.
Generalmente acude un grupo de jóvenes infaltables para adorar con música a la Guadalupana y cantan los comerciantes al unísono. Si las ventas han marchado bien, ya sea por voluntad propia o contratados, acuden los mariachis para que la celebración se anime más, refrendando su fe en la madre de todos los mexicanos